EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)

XL

CAPITULO 40: QUERIDO DRACO

Dos semanas después...

Querido Draco:

Han pasado dos semanas desde la última vez que nos vimos, antes de las vacaciones.

Sólo quería saber como estabas.

Yo estoy en casa de Abby. Su familia me ha recibido muy bien y me hacen sentir como si realmente fuera una hija más. Eso es increíble.

Quería contarte algo que me ha ocurrido desde que estábamos en Hogwarts hasta ahora. Conocí a mi abuela.

Mi abuela es Sarah Bisen. Bisen es mi apellido materno.

El diario que encontré en el bosque era de ella, una vez en el dormitorio, ella se apareció frente a mi como un fantasma. Es bastante divertida y me ha contado mucho sobre mis padres biológicos.

¿Sabes que la obsesión que tengo por el chocolate viene de parte de mi padre?

Él siempre llevaba consigo una rana de chocolate o galletas con chispas de chocolate. Es bastante curioso.

En fin, sólo quería contarte eso. Espero que puedas responder pronto.

Te quiere.

Atty.

Un mes después...

Querido Draco:

No sé por que no has respondido mi carta pero debo suponer que estás con muchas cosas en tu cabeza.

Sólo quería decirte que me importas mucho. Sé que estás acompañando a tu madre en este momento así que lo entiendo totalmente si no tienes tiempo para responder mi carta.

Cuídate mucho Draco.

Te extraña y te quiere.

Atty.

Dos meses después...

Querido Draco:

Ya he perdido la cuenta de cuántas cartas te he enviado. Sólo quiero que respondas una y me digas que estás bien.

He venido a casa de Luna unos días para visitar a su familia y la próxima semana iré a casa de los Weasley para ayudar a Fred y George en la inauguración de su tienda de bromas.

Si en algún momento deseas contestar, espero ansiosa tu carta.

Atty.

🤍

Dejé la pluma sobre el escritorio y releí la carta.

Responde Draco por favor...

Doblé el pergamino y lo coloque en el sobre para luego sellarlo y acercarme a la lechuza de Luna.

—Por favor, llévaselo a Draco.

La lechuza me miró con sus ojos grandes, ululó como siempre para luego salir volando por la ventana de la habitación.

—Sigues esperando a que él responda ¿verdad?

Giré encontrando a Luna detrás de mi y solté un suspiro frustrado.

—Algo le ha pasado. Ni siquiera una carta en todo el verano Luna—pasé mis manos por mi rostro para luego mirar a mi amiga.

—Debes darle tiempo, quizás lo que necesita ahora es espacio—sugirió.

—Esta bien, ya no enviaré cartas de todas formas. No quiero molestarlo—mi labio empezó a temblar amenazando con romper a llorar.

Luna lo notó enseguida y se acercó a mi tomando asiento en la cama.

—Todo estará bien Aten—me abrazó.

Eso espero...

🤍