LXIII

733 66 12
                                    

CAPITULO 63: PESADILLAS QUE SE VUELVEN REALIDAD

Los días habían pasado y con Draco todavía no lograbamos reparar el armario por completo. No estábamos muy lejos de arreglarlo pero aún así nos inquietaba el poco tiempo que nos quedaba para que el año finalizara, y con él, el plazo que le dió Lord Voldemort a Draco para cumplir su misión.

Abby y Luna se preguntaban constantemente porque yo desaparecía del dormitorio en medio de la noche para escabullirme por el colegio. Muchas veces mentí diciendo que iba a tener intimidad con Draco o cosas así.

Ojalá tuviera intimidad con Draco.

El estrés que ambos teníamos era tanto, a tal punto de que ni siquiera nos preocupábamos por el sexo.

Sólo queríamos arreglar el puto armario.

Salí de mi última clase del día sintiéndome agotada y hambrienta como cada vez que el día académico terminaba.

Sólo el académico, el día en si debía seguir.

Tomé asiento en la mesa de ravenclaw junto a mis dos rubias amigas que se encontraban frente a mi. Ellas se miraron entre sí angustiadas.

Yo bostecé para comenzar a prepararme mi merienda. Una chocolatada con un pastelillo.

O quizás dos pastelillos...

—Aten te ves muy cansada—dijo Luna preocupada.

Yo volví a bostezar.

—No estás durmiendo nada—Abby me regañó cruzando sus brazos—. Sé que es genial tener sexo pero puedes dormir una noche ¿no te parece?

Luna asintió dándole la razón.

Yo levanté mis hombros quitándole importancia y comencé a beber de mi chocolatada caliente.

Delicioso.

—No se preocupen, prometo dormir esta noche—les di una sonrisa tranquilizadora.

Ambas volvieron a mirarse pareciendo comunicarse entre ellas.

—¿Está ocurriendo algo?—preguntó Luna de repente.

Me ahogué con la chocolatada.

—¡Atenea ten cuidado!—chilló Abby y comenzó a limpiar la mesa con una servilleta.

La chocolatada se había desparramado por la mesa.

—Lo siento—me disculpé avergonzada. Limpiando mi boca y volviendo a dar un mordisco al pastelillo.

Luna y Abby me miraban confundidas y pensativas.

Tragué la comida y hablé

—¿Que?

Abby suspiró estresada.

—¿Vas a decirnos que ocurre?

Yo me hice la desentendida.

—¿Que ocurre que?

—¡Contigo!

—¿Yo que?

—¡Eso que te pasa!—exclamó.

—¿Que pasa que?

Abby bufó y yo evité reír.

Abby se cruzó de brazos nuevamente.

—Aten deja de jugar, dinos que pasa y te ayudaremos—habló Luna más calmada.

Yo suspiré agotada.

—No pasa nada chicas, de verdad—les di una sonrisa y decidí cambiar de tema—. Luna ¿sabes algo de George?

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora