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CAPITULO 30: SONRISA COQUETA 

DECRETO EDUCACIONAL N°27

Dolores Jane Umbridge ha sido asignada al puesto de Suma Inquisidora de Hogwarts


—¿¡Es una maldita broma¡?—solté horrorizada.

La pared de entrada al pasillo principal estaba repleto de decretos institucionales en los cuales en uno de ellos, Umbridge, la nueva Suma Inquisidora de Hogwarts, obligaba a los profesores a castigar y torturar a los alumnos.

—Debemos tener cuidado con... ya sabes—susurró Abby mirando a nuestro alrededor para que nadie nos escuchara.

Abby tenía razón, tendríamos que tener mucho cuidado con el Ejército de Dumbledore, Umbridge no tardaría en comenzar a investigar si existían asociaciones secretas entre alumnos.

—Esto está cada vez peor...—dijo Hermione angustiada.

—Lo está, últimamente todo está prohibido—se quejó Ginny.

Suspiré enfadada mirando la pared nuevamente. Desde un inicio sabía que esa mujer no traería nada bueno a Hogwarts y ahora es cuando comenzaba a salir a la luz la verdad.

—Atty...

La voz masculina, que tan nerviosa me hacía poner en muchas ocasiones, llamó mi atención y busqué a su dueño encontrando a Draco a unos metros de mi.

Mis amigas me miraban esperando una explicación pero, lo cierto es que, ellas ya sospechaban que yo hablaba con Draco desde que Ron leyó en el comedor el pergamino que había dejado el rubio en mi túnica.

—Draco...—lo miré unos segundos y luego a mis amigas.

Ninguna mostró indicio de querer irse, excepto por Luna, que miraba a todas con una expresión de querer irse.

—Déjenme a solas con Atenea—dijo en tono autoritario el rubio.

—¿Por qué te dejaríamos sólo con ella?—cuestionó Ginny cruzándose de brazos.

—A ti nadie te habló, sucia traidora de sangre.

El rostro de Abby se transformó de sorpresa a enfado al escuchar al rubio insultar a su amiga.

—Eres un hijo de...—se acercó amenazadora pero tomé su brazo con fuerza deténiendola.

—¡Basta!—exclamé enfadada y me acerqué a Draco—. No vuelvas a insultarla.

El rubio pareció un poco sorprendido por mi palabras pero tragó saliva un poco enojado y asintió con la cabeza obedeciendo mi petición.

—Te vemos luego Aten—se despidió Luna risueña como siempre y las demás la siguieron dejándome sola con Draco.

Miré a Draco un poco enojada y crucé mis brazos esperando que se disculpara.

Antes de que el rubio pudiera decir algo vimos a Umbridge gritando a una pareja de tercer año por estarse besando.

—¿Que clase de comportamiento es ese en una escuela? Están castigados—los regañó con su sonrisa cínica que escondía su maldad.

Fruncí el ceño ante la escena pero de inmediato sentí como Draco tomó mi mano arrastrandome hacia un salón de clases vacío.

Al cerrar la puerta lo miré confundida.

—Pero...¿Que?—esperé una explicación.

—Sólo quería hablar contigo sin que Umbridge nos interrumpiera—explicó y asentí.

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora