VI

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CAPITULO 6: CEREMONIA DE SELECCIÓN


"Las llamadas Brujas Celestinas se caracterizan generalmente porque no utilizan varita. Esta razón es desconocida pero ha sido así siempre y se ha logrado percibir diferentes formas de manifestación de su poder a través de la utilización de sus manos."

Leí atenta a la información que había en el libro que me dió Dumbledore para irme amoldando a la idea. Estaba sola en la biblioteca y todos los que se encontraban allí me miraban como si fuera un bicho raro. Quizás era porque no estaba asignada a ninguna casa todavía.

Decidí buscar otros libros que me brinden más información que me pueda servir. Caminé dispuesta a buscar entre las grandes repisas repletas de libros hasta que encontré uno que me pareció interesante.

El título recitaba "La Luna en las Brujas Celestinas"

Decidí tomarlo pero alguien más lo tomó primero causando que mi sonrisa de admiración se desvaneciera.Tenía a Draco Malfoy frente a mi con su natural sonrisa y una ceja levantada mostrando superioridad.

—Asi que... ¿Brujas Celestinas? —preguntó mirándome de arriba a abajo mientras movía el libro en sus manos.

Yo sólo asentí con la cabeza mientras evitaba hablar, no me interesaba tener una conversación con una persona que me había tratado mal desde un inicio.

—¿Que pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones?—posó su mano en mi barbilla corriendo mi cara obligando a que lo mirara.

—¿Que quieres Draco?

—Nada, solamente me enteré que no eres una bruja como las demás—miró el libro y después a mi.

—¿Cómo lo sabes?—pregunté curiosa.

—Todo el mundo mágico lo sabe ahora brujilliza—respondió mientras se acomodaba su túnica con su típico aire de grandeza.— ¿Sabes? Mi familia es de las más ricas y honradas del mundo mágico.

Lo miré un poco sorprendida al gran ego que tenía el rubio, sin dudas necesitaba de alguien que lo frenara. Podía ser insoportable.

Lo miré un poco sorprendida al gran ego que tenía el rubio, sin dudas necesitaba de alguien que lo frenara. Podía ser insoportable

—Bien por ti-murmuré desinteresada y le di una última mirada antes de acomodar mi mochila sobre mis hombros y comenzar a marcharme.

—Brujilliza—sentí su voz a mis espaldas y volteé a mirarlo.—Toma—me entregó el libro y se marchó sin mirarme, causando que las pocas personas que quedaban en la biblioteca se alejaran de él al verlo pasar, como si les diera miedo.

Suspire mirando el libro y lo guarde en mi mochila. Mi mirada se posó en el gran reloj del lugar y abrí mis ojos desesperada. Iba a llegar tarde a mi ceremonia de selección.

Comencé a caminar rápido, por no decir corriendo, por los pasillos buscando el gran comedor hasta que ví que muchos estudiantes se dirigían hacia una gran puerta.

Me paré frente a la puerta decidiendo si entrar o no. Sentí como una mano se posó en mi hombro y giré la cabeza encontrando a la profesora McGonagall.

—Hola Atenea, ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, sólo un poco ansiosa y nerviosa por saber cuál es mi casa—solté un suspiro.

—La casa a la que entres, sea cual sea, te recibirá con emoción y orgullo. No todos los días se ve a una bruja celestina caminando por la calle—sonrió amigable y me guiñó el ojo.

Las puertas se abrieron y ante mis ojos se encontraban cuatro mesas largas llenas de alumnos con túnicas negras y corbatas de cada color según su casa.

Las miradas se posaron nuevamente en mi y noté a Harry, Ron y Hermione sonrientes saludarme con un ademán con la mano.

Mis ojos observaron a la mesa de Slytherin y noté al rubio junto a sus amigos que estaban con él la primera vez que me acerque a ellos. Al final del salón había un sombrero marrón el cual supuse, sería el que decidiría a que casa iría.

—Alumnos y alumnas, es un placer presentarles a Atenea Ava Saint-Jean, una nueva estudiante, primera bruja celestina en 300 años y la tercera que asiste a Hogwarts—me presentó Dumbledore frente a los alumnos que rápidamente comenzaron a aplaudir sorprendidos y eufóricos.—Adelante Atenea, pasa al frente para que el sombrero seleccionador decida tu casa.

Comencé a caminar sintiendo como mi cuerpo temblaba ante los nervios de tropezarme frente a tantas personas. Tomé asiento en una silla y la profesora McGonagall posó el sombrero en mi cabeza.

De repente sentí una voz curiosa en mi cabeza.

"Una bruja celestina, increíble... Hace muchos años que no aparece una... Tienes increíbles cualidades, eres ambiciosa pero sobre todo posees inteligencia e ingenio. Una digna bruja celestina que tiene mucho para dar, cualquiera de las casas permitiría que te transformes en una gran bruja. Veo que podrás cumplir la profecía. Te pondré en RAVENCLAW".

La mesa de los celestes comenzaron a aplaudir y a vitorear emocionados mientras las otras mesas también lo hacían pero con ojos de envidia. Todos querían tener a una bruja celestina en su grupo, al parecer.

Caminé sonriente hacía la mesa y mis ojos se cruzaron con una intensa mirada de ojos grises. Le solté la mirada incómoda mientras les daba una sonrisa a los miembros de mi nueva casa.

Recordé que el sombrero dijo algo sobre una profecía ¿A qué se refiere con eso?

Tengo tantas cosas por descubrir...

EL MISTERIO DEL DIARIO SECRETO (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora