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Pasaron los días, Kara y Lena construían el artefacto entre reuniones, misiones y por parte de Kara, enseñar a Mon-El a ser humano o al menos intentar serlo. Para empezar J'onn le consiguió un trabajo de barman en el bar alienígena, Kara y Winn le enseñaban a comportarse como un humano más y tratar de que no delatase sus orígenes con solo presentarse.

Habían pasado un par de meses, Mon-El se había acostumbrado a trabajar y a mantenerse, aunque vivía con Winn y compartían gastos.

Kara y Lena tenían el artefacto hecho, pero necesitaban hacer que el plomo se mezclara en el aire, esa era la parte más difícil.

Lena estaba en el ordenador haciendo unas fórmulas químicas para poder hacer un simulador y ver si sería efectivo contra el enemigo y no con los humanos.

Un día, Lena estaba en el laboratorio haciendo las pruebas, mientras que Kara estaba construyendo un arma para Alex, sabía que su pistola terrícola, no funcionaba contra los alienígenas, así que pensó en hacer un arma láser, solo para ella.

En un momento del mediodía, pararon para comer, estaban en Big Belly Burger comiendo y tomaron el aire, después de estar varias horas encerradas en el laboratorio.

El teléfono de Kara empezó a sonar, dejó el bocadillo a un lado y contestó, sabía quién llamaba, así que se puso alerta.

—Dime.
Señorita Zor-El, el ordenador central tiene problemas y no encuentro el fallo. Las luces parpadean, pero el panel de control está apagado, no entiendo que pasa. —dijo el Kelex.
—Voy para allá. —cortó la llamada.
— ¿Qué sucede?
—El ordenador central de la Fortaleza está haciendo cosas raras.
—Creía que la tecnología kriptoniana no tenía fallos.
—Y no los tiene, así que algo está pasando.
— Deberás ir.
—Lo sé. —se terminó la hamburguesa y se tomó el refresco. — ¿quieres venir? —preguntó después de limpiarse la boca y los dedos.
—Vale, pero necesito abrigarme bien.
—Pasaremos por casa rápidamente.
—De acuerdo. —dijo Lena mientras tomaba un sorbo de su refresco.

Fueron a casa, Lena se lavó los dientes y después fue a la habitación para abrigarse más. Kara mientras esperaba también se lavó los dientes rápidamente y cuando salió del baño vio que su novia estaba lista.

La kriptoniana se acercó a su novia y la besó apasionadamente, a Lena la pilló por sorpresa, pero le gustó. Después Kara la cogió en brazos y se fueron al Polo Norte.

Una vez en el Fortaleza, el Kelex acompañó a su ama al ordenador y las dos vieron que algo raro pasaba, las luces se encendían y apagaban intermitentemente. Kara se acercó al panel de control y lo encendió, después miró la base de datos, pero en ninguna parte mostraba el fallo. Los cristales reflectantes seguían parpadeando.

—Mmm, no hay fallo, el ordenador funciona bien, pero los cristales les ocurre algo extraño que no sé ver que es. —dijo Kara.
— ¿Para qué sirven esos cristales? —preguntó Lena.
— Son para poder ver los hologramas en tamaño real y no en pequeño como todo lo demás en el panel. —explicó Kara.
—Ah, son parte del ordenador central ¿no?
—Sí.
— ¿Y no indica algún fallo?
—No, nada.

Lena se acercó al frente y el Kelex se acercó a ella y la cogió antes de que callera al precipicio. La pared de hielo medía unos 8 metros, no se habría matado, pero se habría hecho mucho daño si caía. Lena al ver lo que había abajo se asustó y retrocedió.

—Gracias. —dijo Lena al robot.
De nada.
— Kara, ¿sabías que hay una gran caída aquí?
—Sí, abajo hay cristales dentro de un circulo y arriba hay más. Eso es lo que hace que podamos ver los hologramas.
—Vale, ahora sé que no debo ir al frente del centro de control sino quiero romperme una pierna o la cabeza. —dijo Lena acercándose a su novia.
—Normalmente ese lado no se puede ir, excepto el Kelex, por si tiene que reparar algún cristal.
—Ya. ¿Algún cambio?
—No.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora