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Estaban todas en la mesa cenando comida japonesa.

— Esto está riquísimo. —dijo Sam.
—Hace poco abrieron un restaurante japonés aquí cerca, fuimos a probarlo y nos gustó. —dijo Lena.
—Por eso encargué la cena ahí. —dijo Kara.
—Pues es fantástico. —dijo Alex.
— ¿Te gusta Ruby? —preguntó Sam a su hija.
—Sí, está rico.
—Bueno, me alegra que os guste a todas. —dijo Kara.
—Kara ha preparado todo esto durante la semana, estaba nerviosa porque era la primera vez que hacía una reunión de amigos. —explicó Lena.
—Ah. Pues nos lo estamos pasando muy bien. —dijo Sam.

Lena se sirvió un poco más de vino y preguntó si alguien más quería. Sam le extendió la copa y le dijo que le llenara a la mitad.

—No sé cómo lo haré para volver a casa. —dijo Sam.
—No te preocupes, os podéis quedar. La habitación de invitados está libre. —dijo Lena después miró a Alex. —también puedes quedarte Alex.
—Gracias. He venido en moto y no sé si podré conducirla hasta casa.
— ¿Has venido en la moto? —preguntó Lena, pensando en la nueva.
—Sí, es más fácil de aparcar que el coche.
—Es cierto, he tenido que dar varias vueltas para encontrar un lugar. —dijo Sam.
—Siento que este edificio no tenga garaje. —dijo Kara.
— ¿Has venido con la moto nueva? —preguntó Lena.
—No, no. Esa esta en el garaje de mi casa. Esa la usaré para ir al trabajo y en las misiones. —dijo Alex.
—Menos mal. No es una buena idea dejar un invento tan avanzado a la vista de todos. —dijo Lena.
—Lo sé, he venido con la Honda, la que me compré.
—De acuerdo.
— ¿Tienes dos motos? —preguntó Sam a Alex.
—Sí, me encantan las motos, la mía se estropeó y me compré otra, pero no me sirve para trabajar, así que la uso para circular por la ciudad. —explicó Alex.
—Kara le hizo una moto. —dijo Lena.
— ¿Kara? —preguntó sorprendida.
—Fui con ella a la tienda y la que le gustaba estaba fuera de su alcance, así que tuvo que conformarse con otra muy diferente. Le dije que podía prestarle dinero, pero no quiso así que...
— Pensaste en hacerle una moto.
—Bueno, es única y personalizada, esa no la encontrará en ninguna parte.
—Es verdad. Es una moto voladora que también puede ir por el suelo, tiene el mismo sistema de los aviones. —dijo Alex.
—Vaya, ¿sabes hacer de todo no? —preguntó Sam.
—Sí.
—Kara es única, es especial, es un genio. —dijo Lena.
—Bueno, en ciencias puede, pero la vida cotidiana soy muy torpe.
— ¿Sigues sin saber cocinar? —preguntó Alex.
—Lena no me deja entrar en la cocina.
— ¿Y eso? —preguntó Sam.
—La última vez que trató de hacer algo de comer, tiramos las tortitas que se le quemaron y la sartén, que se rompió por la base. —dijo Lena.

Alex y Sam se rieron y Kara se sonrojó.

—Fue un accidente.
—Lo sé mi amor, por esa razón no quiero que entres en la cocina, no quiero cambiarla de nuevo. —dijo Lena.
— ¿Y cómo vais en la relación? —preguntó Alex.
—Bien, todo va bien. ¿Por qué? —preguntó Kara.
— ¿Ya habéis llegado al siguiente nivel?
— ¿Qué quieres decir? —la miró con el ceño fruncido.
—Pues si ya compartís dormitorio.
—Ah, sí dormimos juntas.
—Vaya, ya era hora de que avanzarais, creo que los abrazos y los besos se quedan cortos con el tiempo.

Lena sabía a dónde iba esa conversación.

—Alex, aún no hemos llegado a eso.
— ¿En serio? pero ella dice que dormís juntas.
—Es lo que hacemos.
— Pero Lena, lleváis casi un año juntas. ¿No habéis avanzado nada?
—Vamos lentamente.
—Se nota.
—Estamos bien a este ritmo Alex. Sabes porque no hemos avanzado todavía.
—Eres un genio Lena, ¿Cuándo harás algo al respecto?
— ¿De que estáis hablando? —preguntó Kara.
— ¿En serio? hasta yo entiendo lo que está diciendo Alex. —dijo Ruby.
— ¿Qué pasa? —preguntó Kara a Lena.
—Nada amor, Alex quiere saber porque aún no hemos intimado.
—Ah. —se sonrojó rápidamente. —Alex sabes de donde vengo, ahí el sexo no era importante y no entiendo de eso. Hay otras formas de amar a alguien sin tener que hacer eso.
—Kara, el cuerpo lo necesita, es la manera de demostraros cuánto os amáis, sé que lo hacéis en alma, pero ¿y en cuerpo?
—Alex, de cierta forma Kara te ha dicho que nunca lo ha hecho, ¿podías dejar de insistir por favor?
— ¿En serio, eres asexual o algo? —preguntó Ruby.
— ¡Ruby! no sé de donde sacas esas cosas, pero deja ya de meterte con Kara. Llevas toda la noche comportándote muy mal, no sigas por ahí porque al final el castigo que tengo pensado para ti será más injusto. ¿Lo has entendido? -dijo Sam.
—Sí.
—Ahora por favor pídele disculpas.
—Pero mamá.
—Ruby, no sé qué te pasa hoy, pero este comportamiento es imperdonable, no te he educado así, me estás haciendo quedar mal. Tu comportamiento muestra la mala madre que soy.
—No lo eres.
—Pues haz el favor de comportarte y ser educada. Entiendo que te preocupes por Lena, pero ella es feliz y lo estás viendo, ¿Cuánto hace que no la ves sonreír?
—Nunca la había visto sonreír de esta manera. —dijo Ruby.
—Exacto, y es todo gracias a Kara, ella la ayudó a reencontrarse con su hermano, además que le presentó amigos de verdad que siempre la ayudarían. Kara le presentó a Supergirl y a Alex. Tiene un corazón enorme y es la persona de más confianza de tu tía. Deja ya de meterte con ella. —todo eso lo dijo en tono de enfado.
—Por favor, no merece la pena que la riñas, es solo una niña. —dijo Kara.
—No Kara, hay que reñir a los niños si hacen algo malo, para que entiendan que es está mal. —dijo Sam y Kara suspiró.
—No pasa nada, no me conoce y puede que tarde un tiempo en que me acepte, así que no merece la pena que te pongas así.
—Nuestra intención es hacer esto todos los sábados. —dijo Lena.
— Pues la próxima vez no traeré a Ruby.
— ¡Mamá!
—Mamá nada, tu comportamiento de esta noche no quiero que vuelva a repetirse y menos todos los sábados. —Ruby no dijo nada más.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora