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Lena se alejó un poco y llamó por teléfono.

Kara miró por la ventana y vio que quedaban pocas horas para que anocheciera, tenían que irse si quería seguir con sus planes.

Se acercó a Lena y le dijo que ya iba siendo hora de irse. Lena se despidió de María y después se fueron de allí.

Salieron de las tierras andando y una vez que estaban ya bastante lejos, Kara la cogió en brazos y se fueron volando al hotel.

—Esta noche tenemos una cita en el restaurante del hotel, pero antes quiero dar un paseo en barca por el lago, así que necesito que te pongas elegante y con un calzado cómodo. –explicó Kara.

—De acuerdo, nada de tacones, en el muelle me torcería un tobillo.

Kara no dijo nada solo sonrió.

Llegaron al hotel y fueron a dormitorio, Lena se acercó al armario y cogió un vestido que había traído y se encerró en el baño.

Kara salió para ver como estaba Kripto.

Cuando volvió a la habitación, vio a Lena ya arreglada y lista, Kara se quedó sin respiración al verla con un vestido rojo.

—¿Te gusta? —Kara asintió.

Lena se acercó a ella y la besó.

—Ve a darte un baño, hueles a establo.

Kara usó la súper velocidad y entró en el baño, Lena sonrió y se giró al ver lo que había hecho su novia.

Cinco minutos después, Kara salió del baño tapada en una toalla y se acercó al armario, usó de nuevo la súper velocidad para vestirse, después se acercó a la mesita y abrió el cajón, cogió la caja y se la guardó en el bolsillo.

—Ya estoy.

—Bien.

Salieron de la habitación y fueron a recepción, dejaron la llave y salieron del edificio, siguieron el camino que las llevaría al embarcadero.

Cuando llegaron, después de diez minutos andando, había un hombre esperándolas con un bote preparado.

Kara entró en la embarcación, levitó un poco antes de tocar el suelo del bote y aterrizó despacio para que no se moviera, después cogió a Lena por la cintura y la bajó despacio, cuando ya estaban las dos en el bote, se sentaron con cuidado y el hombre quitó el amarre, Kara remó por el lago hasta tener a la vista la puesta de sol, sin que nada les tapara, dejando ver la pradera de un tono dorado y el sol en todo si esplendor en el horizonte.

Lena gateó hasta ponerse delante de Kara y giró, apoyó la cabeza y la espalda en el pecho de su kriptoniana. Kara sin decir nada siguió mirando la escena.

—Lena, tenía un propósito al traerte a Irlanda, no solo para que tuviéramos unas vacaciones, que falta nos hacía. En realidad era por otro motivo mucho más importante. —Lena se giró y se la quedó mirando sin decir nada. —Te amo y sé que quiero estar contigo siempre, hacemos un buen equipo, salvamos el mundo o los mundos, pero quiero algo más permanente, algo que me haga sentir que verdaderamente estoy en casa, solo lo siento cuando estoy contigo. Es cierto que tengo a mis madres y a mi hermana, además de que llevó varios años viviendo en este planeta, pero sabes que nunca he sentido que encajara en algún lugar, hasta que apareciste en mi vida. Lena, deseo estar contigo para siempre, quiero que formemos una familia, seguir despertando todos los días a tu lado, quiero ver como educas a nuestros hijos medio kriptonianos, que Kripto sea nuestra niñera. —Lena se río con eso. —deseo que mis madres sean oficialmente las tuyas, porque para ellas eres su hija. Deseo que tu hermano conozca a nuestros hijos y que alguno diga que es el tío guay y que lo prefiere más que a nosotras. —Lena seguía riendo por las ocurrencias de Kara, pero no podía decir nada, porque estaba llorando. —quiero que les cuentes a nuestros hijos sobre sus abuelas, todo lo que sabes de ellas. Lo quiero todo Lena, puede que sea egoísta, pero quiero estar contigo y que nadie se atreva a interponerse en nuestra relación como pasó con Rhea. Deseo con todas mis fuerzas que lleves mi apellido aunque seas realmente una El. —sacó la cajita del bolsillo. —Lena Kieran O'Neill El, ¿quieres casarte conmigo? —preguntó mientras abría la cajita.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora