Super amazona (Supercorp)

32

En L-Corp Kara seguía mirando a los dos intrusos, nadie se dio cuenta que habían dos figuras más entre las sombras, abrieron una caja y la dejaron en el suelo, después salieron corriendo.

—Señora Luthor, pienso que va a tener que pagar por todos estos destrozos. —dijo Supergirl.
—No lo creo, ya se encargará Lena de reparar su querida empresa, al fin de cuentas es suya y ella ha preparado la fiesta. Si la gente que invita no tiene modales no es mi culpa.
—Le dije en el D.E.O que si volvía hablar de Lena, desearía estar muerta, con lo que le haría, así que me replantearía seriamente ese comportamiento.
—No pienso cambiar, tú no conseguirás que lo haga y menos por la bastarda de mi marido.
—Bueno, en ese caso no me quedará más remedio que matar a su aliado. —usó su visión de rayos x y vio cual era su punto débil.
—No creo que puedas con él.
—Oh, sí que puedo.
—Ahí está, ese tono de superioridad, te crees mejor que los demás porque eres alienígena, por eso los detesto, tienen poderes para destruirnos, nos invaden bajo la bandera blanca mostrando que vienen en son de paz. En realidad venís a destruirnos. —Kara negó al comprobar lo mal que estaba esa mujer.
—Nunca he mostrado superioridad a nadie, solo le decía un hecho.
— ¿De verdad crees que puedes conmigo? —preguntó el Cyborg.
—Sí. —dijo sin más.
—Te haré tragar esas palabras. —se abalanzó contra ella, Diana usó su lazo para coger a Lillian, quería apartarla de la pelea y de paso controlarla para que no se escapara de nuevo.
— ¿Qué?
—Señora Luthor, yo de usted me quedaría quieta, esta cuerda quema cuando el que esté tocándola pelea para soltarse. —no iba a decirle que le iría quemando cada vez más hasta que le dijera toda la verdad. Aunque pensó en aprovechar ahora que la tenía así, en hacerle una pregunta que llevaba un tiempo dándole vueltas. — Mientras Supergirl pelea contra su juguete, le haré una pregunta y sé que me dirá la verdad, no podrá impedirlo. — sacó su teléfono y llamó a Lena y después esperó.

Lena vio que Diana la llamaba y se extrañó, miró por la ventana para buscarla, la encontró con su madre. No sabía que pretendía pero decidió contestar.

Kara estaba peleando contra Cyborg, le estaba dando una paliza, caía todo el tiempo al suelo.

La kriptoniana se dio cuenta que él era muy lento con los golpes, le resultaba fácil esquivarlos o bloquearlos.

—Señora Luthor, contésteme a esto... ¿Por qué odia tanto a Lena?
—Es sencillo, esa mocosa me recuerda a su madre, la muy zorra intentó quedarse con mi marido. Ella sabía que estaba casado y tenía un hijo pre-adolescente, pero no le importó, lo manipuló, lo engatusó y se liaron quedándose embarazada. Investigué toda su vida, cuando supe que estaba esperando un hijo de Lionel decidí verla. La amenacé con demandarla por romper una familia. Quería que se fuera de Metrópolis para siempre y que jamás le dijera a Lionel que esperaba un hijo de él. Sabía que ella tenía familia en Irlanda, así que la pagué para que desapareciera de nuestras vidas. En mi investigación supe que esa mujer ya tenía un hijo en Irlanda, el padre se marchó para no volver, dejándola embarazada. Ella buscaba un buen padre para su hijo y se fijó en el hombre equivocado. Cuando me enteré de su muerte, deseé que su familia se hiciera cargo de los dos niños, pero el abogado de la mujer sabía que Lena era una Luthor, así que se puso en contacto con mi marido y ahí es donde se enteró que tenía una hija. La recogió y se encargó de todo el papeleo para adoptarla, así nadie podría quitársela, además si legalmente tenía nuestro apellido, tendría un futuro brillante. Toda mi vida se fue al garete cuando él apareció por casa con esa bastarda, porque sí, sabía que era la hija de esa mujer, se parecían demasiado. Cuando Lena fue creciendo su parecido era mucho más notorio y me recordaba el engaño de mi marido, así que conseguí que la enviara a un internado en el extranjero. No la quería en mi casa, no quería que nadie de nuestros amigos y socios de mi marido supieran que los Luthor tenían bajo su techo una bastarda. No quería que fuéramos el hazme reír de todos.