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Pasaron los días, Donna volvió a la Torre de los Titanes en San. Francisco. Astra estaba en la D.E.O con Alex. Kara y Lena habían vuelto al trabajo y parecía como si nunca se hubieran ausentado, tenían mucho trabajo.

Diana aún no había vuelto a Washington, quería pasar más tiempo con su hija y conocer mejor a Alura, no sabía que le sucedía con ella, pero la veía diferente a como veía a Astra. A ella la veía como una amazona más, una hermana, pero con Alura, era otra cosa.

Diana salió de su habitación y vio a Alura sentada en el sofá mirando unas fotos de Lena de cuando era pequeña, sonreía todo el tiempo al ver cada imagen.

—Hola, Alura. ¿Qué haces?
—Mirar estás fotografías de Lena, era muy mona.
—Sí, y se parece mucho a su madre.
—Es cierto. —cuando el álbum terminó lo cerró y lo dejó encima de su regazo.
—¿Cómo era Kara de pequeña? —preguntó Diana.
—Pues era un bebé muy tranquilo y muy despierta, siempre nos detectaba aunque no nos viera, sabía que estábamos en la misma habitación que ella. Cuando tenía un año empezó a caminar, al principio fue gracioso, cada paso que hacía caía al suelo, se quedaba sentada, en vez de llorar y de funfurruñar, se quedó allí quieta, miró como caminábamos los demás y miró sus piernas. Volvió a ponerse de pie y caminó de nuevo y no volvió a caerse. —explicó Alura recordando ese momento.
—Entonces supiste que era persistente e inteligente ¿no?
—Persistente si, inteligente, aún no. Eso lo descubrí cuando Kara tenía tres años, conocía los colores e incluso dibujaba, sus dibujos eran magníficos, eran obras maestras.
—Bueno, eso lo diría cualquier madre si viera un dibujo de su hijo. —dijo Diana.
—Si, pero en el caso de Kara, eran obras maestras. ¿Te acuerdas el fin de semana que fuimos al museo?
—Claro.
—Pues sus dibujos eran de ese nivel. —Diana se sorprendió con eso.
—Vaya.
—A los cuatro años ya se conocía todas las constelaciones de memoria, por supuesto se lo enseñó su padre. Así que ya puedes imaginar cómo fue su infancia. La pasó entre libros y aprendizaje por nuestra parte, por supuesto a ella le encantaba.
—Le gustaba estar con vosotros y que le enseñarais cosas nuevas. —dijo Diana entendiendo a Kara.
—¿Cómo fue su adolescencia? —ahora fue Alura quién preguntó.
—No sé mucho, no estuve ahí, solo sé lo que me contó mi madre.

Le contó todo lo que pasó Kara aquellos cuatro años en Themyscira.

—Pero tenía a mi hermana con ella, así que no estaba sola. Además mi tía y mi madre la adoran.
—No debió ser fácil para ella. —dijo Alura con una sonrisa triste.
—No. Cuando tenía 17 años, mi madre pidió mi intervención, es cuando la conocí, sentí un poder inmenso en su aura. Mi madre quería que yo la entrenara porque había poderes que aún no habían despertado y necesitaba controlarlos, además de que me la llevara de allí para que tuviera una vida normal. En la isla ya no había nada que la retara, ni por fuerza ni intelectualmente.
—Entiendo, así que la entrenaste.
—Si, estuvimos tres meses para controlar el resto de sus poderes, además de hacerse más fuerte por momentos. El primer día, apareció la visión calorífica, una joven amazona, se atrevió a entrar en la habitación de Kara y le cogió el colgante que le diste, eso a Kara la puso muy furiosa, conseguí que disparara hacia una montaña y no a nadie que estuviera a su vista. Mi madre recuperó el colgante y se lo entregó a Kara, ella se marchó sin decir nada, solo se lo agradeció a mi madre.
—¿Por qué no lo llevaba puesto? —preguntó con el ceño fruncido.
—Mi madre al saber lo que significaba ese colgante para Kara, le dijo que era mejor guardarlo si no quería perderlo en los entrenamientos.
—Tiene sentido.
—Durante el tiempo que estuve en mi hogar, me comuniqué con J'onn y con Batman para comentarles sobre Kara. A Batman se lo dije porque necesitaba pedirle un favor, necesitaba que falsificara unos papeles importantes para que Kara se convirtiera en mi hija oficialmente y a J'onn, fue porque Batman me pidió que me trasladara a este país, su intención era vigilar a Kara.
—¿Le hizo algo?
—No, Kara demostró ser más humana que yo, solo estudiaba y era muy educada. Entre lo que le enseñasteis, más lo que aprendió de mi gente, se convirtió en toda una señorita amable y respetuosa. Durante ese verano estudió todo lo que necesitaba para poder empezar el último año de instituto; me impresionó muchísimo, se aprendió en tres meses, varios años de estudio y clases. Se graduó con honores, consiguió que todas las universidades del país y del extranjero, la quisieran, además de darle una beca completa. Al final decidió ir a M.I.T porque era más acorde con ella.
—¿Qué se estudia allí?
—Ciencia. —Alura sonrió ante eso. —Planeó una trampa que los de la universidad aceptaron. La beca solo le cubría una carrera, pero ella quería hacer cuatro. Así que habló con el decano para hacer cada año de la beca una carrera completa.
—Eso sí debió ser un reto para ella, ¿lo consiguió?
—Por supuesto. Tu hija tiene cuatro carreras, programación, bioingeniería, ingeniería aeroespacial y robótica. Y es uno de los mejores activos, el más valioso en la empresa de Lena. Kara con su brillante mente, creó una capa de ozono artificial que funciona a la perfección, también creó las depuradoras que limpian los océanos de todo el mundo. No solo salva el mundo como Supergirl, también lo hace como Kara. —explicó Diana.
—Si, estoy muy orgullosa de ella, y no solo por sus logros, sino también por tener amigos de verdad, gente que la quiere como Kara y no como Supergirl. Además de tener a Lena, por supuesto.
—Si.
—Supongo que las dos hemos hecho un gran trabajo con ella. —dijo Alura.
—Si, supongo que sí.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora