Super amazona (Supercorp)

5

Cortó la llamada y se quedó pensando en lo que pasaría con J'onn, él era el primer alienígena que llegó a la Tierra y se camufló para pasar desapercibido ante los militares. No sabía cómo reaccionaría cuando le hablara de Kara, sobre todo porque es el director de una agencia que quiere mantener la paz en el mundo y protegerlo de extraterrestres peligrosos. Se montó un papel que ha dejado de serlo y se convirtió en ese personaje que se había creado y era alguien difícil de convencer.

Respiró hondo y llamó.

— ¿Diga?
—Hola J'onn soy Diana.
—Diana cuanto tiempo sin saber de ti. ¿Cómo te va?
—Bien. Oye, te llamo porque he adoptado una chica alienígena, viene de Kriptón y es la única que queda de su raza. Su mundo desapareció y sus padres quisieron salvarla. Llegó hace cuatro años, ahora es una adolescente.
—Así que lo que detectamos hace años era ella. —estaba muy serio.
—J'onn por favor, esa joven no tiene nada, llegó a Themyscira y mi madre la acogió. Ha sido entrenada como amazona, es una amazona, pero además tiene poderes como tú y como yo. Antes he hablado con Bruce y está algo reacio pero le he pedido un favor y me lo está haciendo.
—Bueno si Bruce te está ayudando es que confía en que no pasará nada. Por lo tanto yo también haré la vista gorda, pero Diana, ten mucho cuidado.
—Es solo una niña.
—Que piensas hacer con ella.
—Adoptarla, Bruce está con todo el papeleo.
—De acuerdo, ¿va a vivir en París contigo?
—No, Bruce dijo que me trasladara a Washington, quiere tener un ojo puesto en Kara, aunque yo le he dicho que no va a pasar nada, pero no me cree.
—Ya lo conoces, él es así. ¿Sabes quienes eran los padres de esa chica?
—Su padre era director del gremio de ciencias, al menos es lo que dice Kara, su madre era jueza, ella encarcelaba a todos los criminales en una prisión de máxima seguridad.
—Mmm, ¿Cómo se llama la joven?
— ¿Por qué?
— Sabes que tengo muchos años y cuando estuve en Marte viajé a muchos sitios. Conocí Kriptón, había gente buena como mala, como aquí. Por lo que dices, esa joven es alguien muy importante.
— Su nombre es Kara Zor-El.
—Miembro de la Casa de El, esa casa es bondadosa, les gusta la ciencia y la justicia, estoy seguro que ella tiene los ideales de su dios Rao. Proteger a los indefensos, luchar por la justicia, ser bondadoso cuando se requiere. Eso es lo que hacía Rao. Conozco la religión kriptoniana y algunas casas, pero la Casa de El, es la más famosa por estar vinculada con su dios, no sé qué tipo de vinculación. Esa joven será sin duda el símbolo de esperanza que se espera. —Diana sonrió ante eso. —Cuida bien de esa chica Diana, es el rayo de Sol de nuestro mundo.
—No te preocupes y me alegra muchísimo que conozcas su mundo y su familia.
—Bueno nunca conocí a su padre, una de las veces que visité Kriptón para hacer un intercambio, conocí a Alura Zor-El, supongo que era su madre.
—Sí.
—No sabía que Kriptón hubiera desaparecido, cuando yo llegué a la Tierra me desconecté de todo.

Kara se había cansado de no hacer nada, se sentía más fuerte que antes, había recuperado las fuerzas, así que fue en busca de Diana, concentró su oído así localizaba los latidos de su corazón. Había aprendido que si quería encontrar a alguien era mejor memorizar sus latidos, todos eran diferentes, así que conocía muy bien los latidos de la reina, de la general y los de Diana.

El primer latido que le llegó fue de la reina, era relajado, después uno muy rápido supo que era de la general y estaba entrenando, después escuchó uno más cercano, imaginó que debía de ser Diana, así que se vistió y emprendió el vuelo hasta el jet, claro que ella no veía nada.

Escuchó a Diana hablar, entró en la nave y escuchó parte de la conversación, no sabía con quién hablaba, pero pudo oír que esa persona había conocido a su madre.

— ¿Conoció a mi madre? —preguntó Kara sorprendida, Diana la miró, no se la esperaba.
—Kara. —dijo Diana.

Kara se acercó y buscó donde estaba la otra persona.

—Sí, fue una mujer muy agradable, buena persona sin duda.
— ¿Cómo la conoció?
—Fui varias veces a Kriptón y uno de esos viajes la conocí.
— ¿Un humano fue a Kriptón?
—J'onn no es humano, es un marciano verde, el único que queda, igual que tu. —explicó Diana.
— ¿Perdió su mundo?
—No, Marte sigue ahí, pero aparecieron nuestros enemigos, los marcianos blancos y arrasaron con todo mi pueblo. Perdí a mi esposa y a mis hijas.
—Lo siento. —miró a Diana. — ¿lo conoceré?
—Sí, él es el director de una agencia que se encarga de asuntos extraterrestres. Se llama D.E.O, son un aliado.
—Ah,  ¿ellos saben que su director es un marciano?
—No.

En ese momento apareció Alura, lo había escuchado todo.

—Los marcianos son cambia formas, así que J'onn puede haberse convertido en humano para pasar inadvertido, además de que nadie sospecharía que tienen un extraterrestre, como dicen aquí, como jefe. Es un buen escondite.
— ¿Quién más hay ahí?
—Oh, es el IA de Kara, tiene los conocimientos de Kriptón y de otros planetas, además quien se lo cuenta es un holograma de su madre.
— ¿Alura?
—Hola J'onn, me hubiera gustado verte en circunstancias normales. Estando yo viva y no un IA.
—Me alegra oírte aunque sea.
—J'onn, Diana va a ser la madre de Kara, espero que algún día, cuando mi pequeña salga ahí a fuera para ayudar a los humanos, pueda confiar en tu apoyo.
—Por supuesto que sí, un miembro de la Casa de El, jamás será nuestro enemigo, al contrario.
—Gracias amigo.
— Estáis planeando mi futuro sin preguntarme, no sé lo que haré. El mundo ya tiene héroes, Diana me contó sobre la Liga.
—El mundo es muy grande, siempre viene bien tener más manos extras. —dijo Diana.
—Hija, estás destinada a hacer grandes cosas, recuerda el significado de nuestro escudo.
—El Mayarah.
— ¿Qué significa? —preguntó Diana.
—Más fuertes juntos.
—Me gusta, es un buen lema.
—Diana cuando te instales en Washington avísame, pasaré a veros.
—Gracias J'onn.
—J'onn amigo, ¿puedo pedirte un favor?
—Claro.
— ¿Podrías crear un accesorio para Kara? ella tiene visión de rayos X y le cuesta un poco controlarlo.
—Claro, pondré a mi gente construir unas gafas con partículas de plomo. La ayudara.
—Genial, gracias.
—Además será un buen disfraz para cuando quiera ser un superhéroe.
—Gracias J'onn, nos vemos.
—Hasta pronto. —se cortó la llamada.
—Creo que nos iremos pronto de aquí, porque tengo cosas que hacer en París antes de irnos a América. —dijo Diana.
—De acuerdo.

Salieron del avión y volvieron a palacio, Diana tenía que hablar con su madre. Cuando llegaron, fueron volando; Kara fue a su habitación para coger todas las cosas, no sabía cuando se irían pero tenía que tenerlo todo listo para cuando llegara el momento.

En la sala del trono, Diana estaba al lado de su madre.

—He hablado con Bruce y J'onn.
—Tus amigos de la Liga. —dijo Hipólita.
—Sí. Me van a ayudar con la situación de Kara. Nos vamos a mudar al nuevo continente.
—Entiendo, os echaré mucho de menos, pero sé que es lo mejor para ella. —estaba triste.
—Madre, volveremos, te lo prometo, seguro que a Kara le vendrá bien venir seguido para sentir paz. En ese lugar no hay mucho que se diga.
— Por eso necesitan héroes, para que haya esa paz que muchos desean.
—He descubierto cosas de Kara mientras hablaba con J'onn, parece ser que la familia a la que pertenece son valientes, justos y fuertes. Entre otras cosas.
—Sin duda es una amazona.
—Sí. —dijo Diana sonriendo.