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Kara pidió ayuda a algún estudiante para saber dónde estaban los dormitorios, llegó a recepción y se presentó, Diana iba detrás de ella con las cajas.

—Hola buenos días, soy Kara Prince.
—Hola. —la mujer buscó en el ordenador. —tu habitación es individual y tiene baño propio, está en la quinta planta al final de todo a la derecha, número 540. —le pasó la llave.
—Muchas gracias. —la cogió y las dos se fueron hacia las escaleras.

Por los pasillos habían chicas yendo de un lado a otro, también habían recién llegadas como ella, por lo tanto el pasillo estaba lleno de cajas y bolsas.

Al fin llegaron a su destino, Kara dejó una maleta en el suelo y con la llave abrió la puerta. Diana dejó las cajas en el suelo y miró a su alrededor.

—No está nada mal la habitación.
—No, es suficiente para mí.
—Sí, y tienes intimidad para estudiar.
—Sí, me gusta. —miró el baño, no era grande, pero tampoco era muy pequeño, tenía lo importante, un lavabo, un retrete y una ducha, después miró mejor la habitación. Tenía una librería, un escritorio con estanterías y una cama individual, además de una mesita de noche, al frente de la cama había un armario empotrado, no era grande como el de su casa, pero cabía su ropa.
— ¿Quieres que te ayude a desempacar?
—No, puedo hacerlo sola, además de poner las sabanas en la cama, hice bien en hacerte caso en traerme un par de juegos de cama.
—Sí. Bueno pues si no necesitas nada más, me voy.  —se acercó y se abrazaron. —te quiero Kara, disfruta de tu estancia aquí.
—Te lo prometo, volveré por las fiestas de navidad ¿vale?
—Te esperaré. — iba a salir pero se paró en seco cuando Kara la abrazó desde atrás.
—Te quiero. —dijo Kara.
—Todo irá bien Kara, sé que nunca has estado sola, pero es mejor que aprendas a estarlo, porque cuando salgas de aquí con tus carreras, vivirás donde sea y no estaré siempre contigo.
—Lo sé, sé que tendré que vivir sola y que mejor a que empiece acostumbrarme ahora, pero eso no quiere decir que no te vaya a extrañar.
—Sabes que puedes llamarme para cualquier cosa. —dijo Diana mientras se daba la vuelta y correspondió el abrazo.
—Lo sé. —Diana la besó en la cabeza ya que era más alta que ella y después se marchó.

Kara suspiró y cerró la puerta y se dispuso a colocar sus cosas, además de hacer la cama.
Una vez instalada, se fue a secretaría para buscar los horarios de sus clases.

—Hola buenos días, soy Kara Prince, estudiante de Bioingeniería.
—Hola, un momento por favor. —buscó en su ordenador un rato, después imprimió dos hojas. —aquí tienes, el horario y la lista de libros que necesitas.
—Muchas gracias. Discúlpeme, ¿podría tener una reunión con el Decano? es que necesito hablar con él de unas cosas referente a mi carrera.
—Mmm, bueno, el decano no ve a los estudiantes sino es algo que afecte a la universidad, pero lo llamo enseguida.

Diez minutos más tarde, la secretaria salió de su despacho y pidió a Kara que la siguiera.
Kara miraba por los pasillos la cantidad de laboratorios que habían además de las aulas, después vio una pared con un titulo "cuadro de honor" habían fotografías de diferentes personas, con placas donde ponían sus nombres y años de graduados.

— ¿Qué es esto?
—Aquí colgamos las fotografías de los ex alumnos más brillantes. —dijo la mujer.
—De acuerdo.

Siguieron hacia las escaleras, subieron varios pisos hasta que llegaron a una planta muy diferente al resto, solo había gente trabajando en sus ordenadores con montones de papeles a los lados. Llegaron a una gran puerta, la mujer llamó y cuando se dio permiso desde dentro, abrió la puerta y entraron las dos.
Kara vio una oficina muy seria, nada moderna, muebles color caoba lleno de libros, sillones grandes de cuero. No le gustó nada, pensó que hasta la oficina de su madre era mucho más bonita y con mucha luz.

—Señor, como le he comentado antes por teléfono, esta joven quiere hablar con usted.
—De acuerdo, gracias Margaret, de aquí me ocupo yo.
—Bien señor. —se marchó cerrando la puerta detrás de ella.
—Bien, señorita en que puedo ayudarla.
—Señor, soy Kara Prince y quisiera hablar con usted sobre mi beca y mi futuro.
—Dígame. —preguntó algo sorprendido a saber quién era.
—Verá tengo intención de estudiar algo más que bioingeniería, como unas tres carreras más.
—De acuerdo.
—Pero la beca que me han concedido solo me llega para una sola y las otras tres debería pagarlas mi madre. He visto el horario del primer año de bioingeniería y hay muchos huecos vacíos.
—Bueno, esos huecos son para estudiar y tener vida social con el resto del campus.
—Ya, no me interesa hacer amigos aquí, no los hice en el instituto, aquí no va a ser diferente. Verá he pensado que podría hacer los cuatro años de esta carrera en uno solo.
— ¿Qué?
—Mire yo me aburro enseguida y tal como tengo este horario no es un reto para mí. Necesito un reto y he pensado hacer los cuatro años de bioingeniería en uno solo, lo mismo para robótica, ingeniería aeroespacial y programación, cada carrera en un año, así cumplo los cuatro años que tengo de beca con las cuatro carreras.
—Pero eso señorita es imposible, arruinaría la universidad. —dijo el decano perplejo.
—Miré, antes de entrar en el último año de instituto hice una prueba sobre el coeficiente intelectual o algo así, estoy muy por encima de la media.
— ¿Cuánto? –preguntó el decano intrigado.
—200 e incluso más pero no quisieron calcularlo porque era imposible que una joven de 16 casi 17 años fuera más lista que todos los premios Nobel juntos. Así que lo dejaron en 200. —el hombre que se la quedó mirando impresionado, había tenido genios en su universidad, había una estudiante de último año en ese momento, pero tener a esa joven al frente lo dejó completamente mudo.
—Ejem, entiendo cuando dice que se aburre con facilidad, todo esto a usted le resultaría muy sencillo.
—Así es.
—Veré lo que puedo hacer, hablaré con la junta y con los profesores y le diré algo en unos días.
—Bien, espero que sea antes de empezar las clases.
—Lo intentaré.
—Muchas gracias por atenderme y perdone si he sido grosera y nada modesta, no soy así en realidad, soy una persona muy tranquila que quiere pasar inadvertida. Solo quería dejarle claro lo que es mejor para mí.
—Lo entiendo, no se preocupe y si, ha sonado un poco engreída y creyéndose superior a los demás.
—En ese caso me disculpo de nuevo. Espero tener noticias pronto, señor. —se despidió de él y se marchó del despacho.

El hombre se quedó pensando en todo lo que le había dicho Kara, pero no sabía cómo reaccionarían los demás.

—Si es un genio con 17 años, no sé que hace aquí. Supongo que necesita los títulos para conseguir un trabajo, eso es compresible, pero si hago lo que me pide...no sé qué pasará en el futuro, no sé si tendremos más estudiantes, si se enteran que por aquí ha pasado una joven más inteligente. Creerán que solo aceptamos a jóvenes brillantes y en realidad es así, pero la gente se asustaría si supiera que entre todos había dos personas más inteligentes que todos ellos juntos y que estaban estudiando en el M.I.T. Aunque también es un modo de publicitarnos porque estas dos jóvenes tendrán tanto éxito y nosotros fardaremos de que habían sido estudiantes de esta universidad. Mmm, tendré que hablarlo con la junta. —cogió el teléfono y llamó al presidente de la universidad para concertar una reunión.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora