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Diana llamó a la puerta, escuchó un adelante triste, abrió y vio a Kara en la cama abrazada a la almohada, eso la entristeció, se acercó a ella y se sentó a los pies de la cama.

— ¿Estás bien? —preguntó Diana.
— ¿Por qué la gente es tan mala? —dijo Kara, su tono era de haber llorado.
—No lo sé, por desgracia está en todas partes. Por eso en el mundo exterior hay gente que trabaja para detenerlas. Pero cuando hay un peligro mayor, me llaman a mi o a mis compañeros. No sé cómo era tu planeta Kara, pero este tiene una espada de doble filo, es un lugar hermoso, pero también peligroso y la gente inocente, gente que no puede defenderse, esperan que alguien valiente y fuerte los defienda, los proteja.

— ¿Es lo que haces tú?
—Sí y algún día si lo deseas, también lo harás tú.

Kara suspiró, se incorporó y se secó la cara con las manos.

—Kara, te voy a entrenar, quiero ver lo que eres capaz de hacer y ayudarte a controlarlo. Después nos iremos de aquí para que tengas una vida normal, irás a la escuela para aprender más del mundo humano.
— ¿Dónde vives? —preguntó Kara.
—París.

Kara usó su reloj, apareció un holograma de la Tierra, archivos sacados de satélites, y buscó la ciudad, no estaba tan lejos de donde se encontraban.

—Te gustará, es una ciudad muy bella. Trabajo como restauradora de antigüedades en el museo más famoso del mundo.
—Vaya, ¿te va el arte?
—Se puede decir que si, ¿y a ti?
—La ciencia.
—Hay varias carreras de ciencias, podrás escoger cual te guste más.
—Genial. —la tristeza desapareció, ahora sonreía.
—Kara, allí a fuera voy a ser tu madre, voy adoptarte, eso si es que no le molesta a tu madre. —dijo mirando el reloj.

En ese momento apareció Alura.

No me molesta, lo prefiero, no quiero que esté sola en este planeta, al menos que tenga a alguien de confianza a su lado.
—Gracias.
— ¿Cuándo empezaremos con el entrenamiento?
—Mañana, ¿te parece bien?
—Sí.
—Bien, ahora voy a dejarte, nos vemos en el comedor a la hora de la cena ¿de acuerdo?
—Vale.

Diana sonrió, se levantó estuvo a punto de irse cuando Kara la llamó.

—Dime.
—Gracias.
—De nada. —salió dejando a la joven sola de nuevo.

A la mañana siguiente, Kara se levantó muy ilusionada, se puso la ropa de entrenamiento amazona y guardó el collar de nuevo.

Fue al comedor para desayunar, tenía hambre, al ver la suculenta comida se dispuso a poner de todo en su plato, comió hasta hartase, lo mismo que Diana. El resto de personas que había en la mesa no pudieron pegar bocado, estaban impresionadas al verlas comer tanto. Cuando las dos terminaron se fueron, así que ya había tranquilidad para las demás.

Diana no quería entrenar con Kara en el campo de entrenamiento, sabía que sus poderes podía arrasarlo todo, así que se alejaron bastante de la ciudad.

—Empecemos. —dijo Diana colocándose en posición de ataque.

Kara también lo hizo y después las dos corrieron a velocidad inhumana para enfrentarse, empezaron rápido la lluvia de golpes, pero Diana era mucho más fuerte, más experimentada, enviaba al suelo a la joven kriptoniana en varias ocasiones.

Después de caer por décima vez, Kara se levantó de nuevo y sonrió al ver lo fuerte que era su nueva madre, sabía que era una rival digna para ella.

—Bueno, ya he calentado, creo que me toca. —dijo Kara sonriendo. Se abalanzó contra Diana y volvió la lluvia de golpes.

Diana estaba impresionada, Kara era muy fuerte, más que antes. Ahora era su turno de caer al suelo varias veces.

Sonrió porque se estaba divirtiendo mucho, volvieron a la pelea.

Cada golpe era una onda expansiva que destruía todo lo que había alrededor, hacían cráteres en el suelo cuando se cubrían de algún golpe. Su súper fuerza era desmesurada, las dos podrían destruir el mundo con una pelea de verdad.

Kara emprendió el vuelo y Diana la siguió, continuaron en el aire, Kara a ratos disparaba algún láser que Diana esquivaba con sus brazaletes.

Ella también disparaba los suyos, Kara recibió el primer impacto porque no se lo esperaba, cayó al suelo de espalda haciendo otro cráter.

No se levantó, pero vio a Diana encima de ella a punto de disparar de nuevo, Kara trató de volver a usar sus rayos láser, pero no funcionó, así que se movió rápidamente, rodando por el suelo para no ser alcanzada por el nuevo ataque.

Kara ya no podía más, no sabía cuánto tiempo estuvo luchando, pero estaba cansada, además que no podía utilizar sus poderes cuando lo quería.

Diana notó que Kara no podía más, aterrizó a su lado y la ayudó a levantarse.

—No ha estado nada mal, para ser la primera vez que peleas con alguien más fuerte o igual de fuerte, lo has hecho muy bien.
—No entiendo porque estoy cansada, me he entrenado todos los días.
—Eso es porque no has tenido que poner todo de tu parte con las demás amazonas. Conmigo has tenido que dejar de contenerte.
—Debo controlar mis poderes, porque mis rayos solo he podido usarlos una vez.
—Tranquila, tiempo al tiempo, no hay prisa. Cuanto más entrenemos más fuerte te harás, aguantarás más en la pelea y controlarás tus poderes. —le pasó un brazo por el cuello y se dirigieron a palacio para darse un baño y cambiarse.

Pasó un mes, Diana estaba sorprendida con el avance de Kara, cada día era mucho más fuerte y controlaba mejor sus poderes.

Tomaron un día de descanso porque Diana tenía que hacer algunas cosas, a Kara le pareció bien, necesitaba recargarse, desde el principio sabía que el sol era la fuente de su poder, y durante un mes entero había usado todos sus poderes. Así que fue a la playa para tomar el sol y puede que hasta bañarse.

Diana fue al jet, entró y fue directo a control, cogió el teléfono y llamó a un amigo.

—Soy yo.
—....
—Necesito pedirte un favor muy grande.
Dime. —se oyó una voz rota.
—Necesito un certificado de nacimiento para una niña de 17 años, un pasaporte y documentación que demuestre que ha sido adoptada.
¿Quieres que falsifique documentación importante?
—Sí. Esa chica no es humana, vino del espacio y acabó en Themyscira. Mi madre y mis hermanas la han cuidado y entrenado, pero necesita vivir en el mundo exterior.
¿Es peligrosa? lo pregunto porque lo que me cuentas es que ella es una alienígena.
—Si quisiera podría destruir el mundo, igual que yo, pero no, ella... no le gusta la violencia. Perdió su mundo, su familia, es la única de su raza, y es muy humana, solo que tiene poderes. En un futuro podría ser parte de la Liga.
Mmm, está bien, como se llama la chica.
— Kara Zor-El, pero para el mundo será Kara Prince.
De acuerdo, lo haré, pero creo que tendrás que mudarte a los Estados Unidos, en París nunca pasa nada y no creo que sepa francés. Pienso que será más fácil para ella.
—Y así puedes vigilarla ¿no?
Ya me conoces, soy muy protector con el mundo, mi deber es mantenerlo a salvo de amenazas potenciales.
—Parece que sigues sin fiarte de mi palabra después de tantos años.
Confío en ti, pero no la conozco, así que no puedo confiar en ella.

Diana suspiró y pensó en lo que le dijo su amigo.

—Está bien, sí así te quedas tranquilo, pediré un traslado en mi trabajo y nos mudaremos.
Bien, deja que me ocupe yo de encontrarte un hogar y de que se venda tu piso de París. Trabajas en un museo así que lo más probable es que te consigan un puesto en el Smithsonian y eso está en Washington D.C.
—Muy bien, hablaré con mi jefe cuando vuelva y si me consigues un lugar donde vivir, perfecto. Busca en zonas escolares, Kara tiene edad para ir al instituto.
¿Crees que es prudente que vaya a una escuela de humanos?
—No hay problema, sabe controlarse muy bien. Puede pasar por una humana más.
Lo que tu digas, pero necesito una foto de ella para su pasaporte.
—Te la enviaré pronto.
Además tienes que comunicarte con J'onn para contarle sobre la existencia de esta chica, para que no crea que es un enemigo.
—Tenía intención de llamarlo. No quiero que el D.E.O, aparezca en mi puerta exigiendo llevarse a Kara.
Jajaja, no saldrían vivos.
—Gracias por hacer esto.
Nos vemos, espero que algún día pases por Gotham y me la presentes, quiero ver con mis propios ojos lo que puede hacer.
—De acuerdo. —sonrió porque parecía que su amigo amargado y gruñón, tenía ganas de conocer a Kara.

Super amazona (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora