Capítulo 42

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Narrador: Masaki


Dar la vuelta y darte cuenta que has aparecido en otro lugar lleva a hacerte pensar miles de cosas, muchas sonarían una locura si no me encontrara bajo una enorme presión aplastante a mis millones de preguntas. La mudanza me contrajo un golpe en mis sentaderas a pocos metros de altura, golpearme no fue mi preocupación mayor puesto que al caerme mi cinturón se había desabrochado de mi cintura y estampado con un charco de agua.  Fue absurdamente increíble enterarme que dichos aparatos se dañaran por una causa tan común, al prenderlo simplemente soltaba chispa con interferencia por medio.

Me coloqué de pie para sacudir mis ropas de la tierra, un campo silvestre muy cerca a la ciudad es donde me ubico.  Decidí caminar en dirección a la población civilizada, antes tomando el aparato inservible, algo tenía que llegar en mi mente para solucionar mis conflictos. ¿Me encuentro en una versión anterior a Casaya? A02 tiene control sobre el tiempo, dando pistas que sus habilidades se limitan a ello.


Mi primera impresión, después de recorrer completamente la fauna, fue ver a las personas dentro de la ciudad, es una versión antigua al planeta tierra ¡Que melancólico volver!. Lo considero un sueño, pero estaba parado justo encima del lugar que había sido destruido en nuestra época, si tan sólo pudiera evitarlo... Conservar y hacer conciencia a la gente de los daños futuros, ¿Qué año sería ideal para hacerlo a tiempo? ¿Antes de qué?.

Los ojos de éstas personas me seguían continuamente, a decir verdad no me molestaban lo suficiente. Sus ropas entregaban una pista de nuestro paradero; Cerca de los 1900, la historia no es mi clase favorita, sin embargo, algunas cosas se quedan grabadas.

Estuve sin paradero por unas cuantas horas (Comenzaba a atardecer), hasta el momento que alguien llamó mi atención con un singular "¡Hey!", de principio le ignoré, pero se volvía repetitivo y avanzaba detrás de mí obligándome a detenerme y voltear atrás.


— Lo lamento... —Al dar media vuelta se encontraba el provocante del ruido. Un muchacho de piel morena clara y ojos cafés, cabello oscuro (En dirección a su derecha) al igual que sus enormes cejas. Era poco más alto que yo. Su figura se marcaba perfectamente a través de su camisa blanca metida en su pantalón tinto puesto más allá de su ombligo. La corbata le hacía verse más elegante al ser oscura. Sin olvidar añadir que llevaba una barba arreglada — Me fue irresistible parar a mirar —Continuó, llevando sus ojos a mi mano, haciendo referencia al cinto.

— Se hecho a perder por lastima, debo encontrar donde arreglarlo —El objeto fue sostenido lentamente por sus manos, tomándolo con más acercamiento a sus ojos.

— Es tan extraño —Me lo devolvió — ¿Te parece si vamos a mi casa? Está a punto de anochecer, podría hacer el intento de reparar... Ni idea de que sea eso —Miró la tecnología con desconfianza.

— Me queda poco tiempo y aún debo hacer ciertas cosas —Intenté retirarme de él, pero su mano derecha sostuvo mi hombro haciéndome volver.

— Por favor, te miras algo cansado y, no te lo tomes a pecho, pero sucio —Olí mi axila de forma discreta para darme cuenta que realmente apestaba. Mantenía hambre igual, dijo que podría ayudarme a arreglar el comunicador, con lo que me haría un favor de ser posible. A final de cuentas terminé accediendo siguiéndole por un lado.

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