Capitulo 37

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— ¡Pedro! —Al poner mi primer pie fuera de la sala de investigaciones, logré ver a mi compañero pasar justo a lado de la puerta, por lo que decidí dar unos pasos apresurados y detenerlo con mi mano en su hombro.

— ¿Necesitas algo? —Respondió frenando en seco para mover su cuerpo y quedar frente a frente — Tengo que darme prisa, quedé de ver a Masaki. Tendremos una práctica de entrenamiento.

— Quiero que avises a los demás que pronto partiremos, las personas de Casaya corren un gran peligro, podrían ser torturadas y utilizadas para experimentos, cuando... —Fui interrumpido por un suspiro suyo acompañado de sus ojos retorcidos al cielo.

— Verás, me parece inadecuado. No, no lo haré —Cruzó sus brazos — Queda fuera de ti, el decidir si continuamos arriesgando nuestras vidas. Me niego a permitir seguir poniendo en peligro la vida mis amigos —Estuvo a punto de irse, pero le detuve al sostener su otro hombro, posando mi cuerpo entero delante del mexicano.

— Es de suma importancia —Le dije, intentando hacerlo recapacitar — Sólo pasa el mensaje, mi persona asistirá aunque ninguno de ustedes quieran, ¿Por qué? —Nuestros ojos se conservaban en una dispuesta — La respuesta es sencilla, me preocupan todos esos hombres, mujeres y niños ¡Lo que sean!. Terminarán corriendo peligro por un humano, alguien de nosotros, estoy cansado de esas situaciones. Situaciones dónde nos aprovechamos y explotamos los recursos que nos rodean.

—Se sacudió para impedir que le continuara sosteniendo — Mis disculpas se han retrasado por lo de la última vez, y no pienso entregarlas. Éstas personas son mi única familia viva, y éste lugar mi único hogar. Si los pierdo será perder todo, espero que lo entiendas —Continuó su marcha sin mirar atrás.


Nunca pude entender porque ocurrió su cambio de actitud tan repentino desde esa vez, podría asegurar que se creo un odio hacía mí en su cabeza, convirtiéndome en un agujero negro que destruye todo a su paso. Desde la vez del coliseo el tema era un tabú, el hecho de que me encarceló, hoy me aseguró que perdió a sus seres amados, sentimiento casi compartido que tendríamos, puesto que aún no logro recordar a mi familia, con trabajos entendí que Sakura me acompañaba aún.

Decidí ignorar su actitud negativa, olvidándome de las palabras que dejó salir, a final de cuentas sostenía un poco de razón; "No puedo obligar a nadie".

Caminé por las anchas calles de entre los edificios (Aquí utilizaban la teletransportación de partículas frecuentemente. Los autos voladores eran para personas de mayores cargos, y se estacionaban encima de los edificios). Dejé caer mi cabeza hacia el suelo, mis pensamientos me invadían una y otra vez, todo respecto a lo que sucedió. Fue así como me desplacé, dejando a mis hombros chocar descuidadamente con las personas de mi alrededor.

Me alejé de la multitud hasta permanecer en la plaza principal, a pocos metros del pequeño palacio para liderar. En dicho lugar me esperaba Nataly, reposando su espalda y una de sus piernas contra el tronco de un pino.


— ¡Ahí andas! —Su pierna volvió a la tierra para sostener su cuerpo y caminar, nos detuvimos en un punto medio encima del pequeño pastizal — ¿Cuáles son las buenas nuevas, muchachito? Cuéntame a detalle —Pasó su mano por mi cabello oscuro (Lo cual lo desarregló un poco comparado a como lo dejé en la mañana), continuó dejando un beso en ambas de mis mejillas, algo típico de ¿Francia?, me encontraba inseguro.

— Eso se podría considerar algo inapropiado para mi cultura, en cambio, estamos en otra galaxia, y mucho menos podría rechazar tal cosa de una chica tan hermosa —Le respondí con una sonrisa. Nos sentamos bajo la sombra del árbol — Primero que nada, Trishma sigue trabajando para replicar las pastillas evolutivas. Pero, aún más importante —Interrumpí su gesto de felicidad por la noticia — Tenemos un nuevo trabajo por hacer. Uno de los dos guerreros enemigos restantes se aproxima a Casaya, tememos por su seguridad, por lo que iremos inmediatamente.

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