Capítulo 41

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Narrador: Sergio


Fue tan repentino el cambio que obtuvimos al cruzar por aquel portal redondo. Al siguiente parpadeo me encontraba por caer, el aire pasaba por mi cuerpo y cabello señalando que el impacto de la caída aumentaba. Pude detenerme con tranquilidad gracias a mis emplumadas extremidades en mi espalda, estando ahí arriba observé el panorama; Una dichosa ciudad con pequeños carros y personas vistiendo formalmente. Como conclusión tomé la idea de un cambio... ¡En el tiempo! Después de todo la habilidad en manos de aquella persona era el control en período. Sería totalmente tonto bajar con éstas vestimentas junto al cuerpo actual que me fue concedido. 

"¿Cómo demonios encontraré a los otros?", me pregunté. Vaya suerte la mía, puesto que la respuesta me había caído del cielo, literalmente. El grito de una chica a unos metros de mí ocasionó el llamar mi atención, visualizando la figura de una chica rubia cayendo sin control. Salí disparado a sostenerla con delicadeza con una mano sobre su cabeza y otra para sus piernas. Admiré su rostro a la luz del propio sol, su pelo se desacomodaba con la fuerza del aire, pero eso no impedía admirar su persona.


— Estuve a punto de morir... Gracias —Dijo Nataly mientras descendíamos dando vueltas. Estaba dejándome llevar por el momento.

—Sonreí levemente con mis labios — Estoy dispuesto a salvarte siempre que lo necesites —Miró espantada a su alrededor, insinuando que le pusiera de pie, por ende permití que sus manos se posaron en mis hombros, mientras mi brazo rodeaba su cintura — ¿Sucede algo? —Le cuestioné por su actitud.

— Sí... ¿A dónde hemos ido a parar? —No temía el voltear hacía el suelo, su vista se posaba tranquilamente a admirar el paisaje.

— En el pasado, ni idea de que año sea exactamente. Pero nuestras ropas son un llamativo de moda justo ahora. Necesitamos pasar desapercibidos —La chica miró repetidamente mis alas soltando una risita, por mi parte miré al cielo y suspiré — De acuerdo, las prendas de vestir son lo de menos conmigo aquí.

—Bajamos justo en un callejón formado entre dos enormes edificios y un restaurante atrás. El espacio cerrando contenía grandes cantidades de basura por los laterales, al igual que botes de metal para lo mismo — Mantente oculto aquí, yo... —Mi compañera intentó salir corriendo del lugar, siendo mi mano tomando su muñeca el problema a su propósito.

— ¿Qué piensas? ¡Es ilógico separarnos de esa forma! En algún momento alguien entrará y me verá, espantándose por mi forma física —Calmó su postura dándome a entender que disponía de la razón.

— Podemos separarnos, tú irás por aire y yo por tierra. De esa forma nadie te verá tan cerca. Levantaré la mano al cielo cuando podremos reagruparnos, me parece que es nuestra única opción —Solté mi mano de su cuerpo, regresando a la parte interna del callejón.

— ¿La gente no te preguntará que sucedió con tu ropa? —Dudé preocupado, la información sobre el cambio en el tiempo no era de mi posesión. ¿Sucedería algo si afectamos el pasado? ¿Terminaría transformando el futuro que conocemos? La idea me aterraba, necesitamos interponernos lo menos posible.

— Siempre existen los cambios en los vestuarios, no te preocupes por eso —Salió a prisas del callejón dándose a conocer con esas personas.

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