Evolution World

Capítulo 55

—Llevo tiempo ya despierto, mi rutina me ha obligado a crearme estándares en otros. En mi traslado, en el segundo piso, de mi cama a la ventana, un objeto me obliga a tropezar y caer sobre la madera que me sostiene — ¿Qué demonios? —Sostengo el casete con el que caí, curiosamente un objeto tan diminuto causó alboroto — Recuerdo... ¡Tenía que escucharlos! —Arrastré mi pecho por debajo de la cama para sacar mi Walkman de ese sitio lúgubre.

Lo introduje dentro, aguardando a que terminara de correrlo luego de presionar los curiosos y no tan prácticos botones de uno de sus costados. El sumergirlos y escuchar un leve crujir me causaba una sensación de alivió, me encantaba.

Recuerdo haber escuchado cada uno de los audios y ocultar los demás... ¿En dónde? Le daré poca importancia, todo eso se encuentra en mi cabeza.Volver a colocarme estos cascos luego de tiempo. ¿Cuánto tiempo? Esa era la pregunta adecuada, perdí la noción.

— Han transcurrido bastante tiempo desde mi mudanza —¿Mi voz? Me volví un autor de ésta cinta, pero, aparentemente, mi cabeza se deshizo de dichos recuerdos — 5 meses si hacemos cuentas. Decidí comenzar a grabar mi avance, pero no el físico, hago referencia al emocional. Puedo decir —Se escucha como respiro entre mocos, haciendo pensar en un llanto — Que me encuentro inestable mentalmente. Desconozco cuando comenzaron, mis alucinaciones se vuelven más comunes y me cuesta aceptar la irrealidad oculta —Un par de tosidos entran a escena.
— Necesito quejarme con mi mamá de las cintas, hacerle razonar sobre lo ocurrido. Éste mensaje es para mi yo del futuro, por favor, entra en calma e intenta razonar. Tu cabeza comienza a jugar contigo —La cinta termina justo ahí.

— Eso es una completa tontería —Mencioné para mí mismo, pero aquella persona llegó en el momento correcto para responder.

— Lo es —La voz delicada de Nataly provino desde la entrada — Tú no eres un psicópata, eres más del tipo perfecto —Se sentó junto a mi en la cama acariciando mi cabello.

— En cambio, es de relevancia tratar ciertos temas con mi progenitora. ¿Gustas acompañarme? —Me puse de pie e hice una reverencia frente a ella con entusiasmo, la cuál aceptó de inmediato.

— Me alegra haber vuelto contigo. ¡Seremos felices! —Salimos tomados de un caluroso apretón de manos. Su tacto era tan suave y me volvía la persona decida que siempre quise ser.

Nuestra excursión finalizó en cuanto pusimos nuestros ambos par de pies dentro de su oficina. La uniformada dio media vuelta para recibirnos con alegría, pero mi primera acción fue dejar caer todos las cajas de audios que sostenía entre mis dos brazos. Mantuve mi mirada fríamente fija en sus ojos, con el ceño fruncido.

Esperaba una respuesta, luego de todo, ninguna otra persona utilizaría estos.

— ¿Quién te los entregó? —Cuestionó alarmada.

— Eso es lo de menos —Muy apenas recapacitaba lo escondido en dichos aparatos, pero, eran cosas desagradables — ¿Crees estar bien en deshacer la vida de los demás? —Enloquecí. Los gritos se volvieron mi forma de diálogo principal — ¿Involucrar a una niña pequeña? Es repugnante la idea.

—Se quedó callada observando el suelo. Estaba con las manos en el crimen — No era asunto tuyo ver esto, pero, parece ser que te encuentras preparado para lo siguiente —Chasqueó los dedos e inclinó sus rodillas para sentarse en una silla.