Capítulo 57

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— En unos cuantos minutos tendremos a nuestros escuadrones aterrizando. Capitán —Sakura se acercó hasta en frente de mí — Una buena revolución se empieza llamando la atención —Me entrego una bolsa con diminutas esferas oscuras, similares a esferas de navidad.

— Creo que literalmente podría hacer volar cualquier cosa yo mismo —Levanté mi mano derecha para enseñarle el nuevo símbolo de nivel adquirido: El Omega.

— No seas presumido —Comenzó a dirigirse al edificio más grande, en dónde me ubicaba anteriormente — Ya todos están moviéndose —Observé a mis espaldas para dar con mi soledad, por lo que decidí acompañar a la Cazadora.

— ¿Y qué tal tus habilidades? ¿Lograste perfeccionarlas? —Pregunté corriendo. En el camino ella se encargaba de algunos guardias con un arco a través de su corazón de Dilters, mientras yo usaba mi superfuerza para causar terremotos.

— Lo necesario para rescatar a la damisela en apuros —Desvaneció su arco. Continuamente levantó su mano con los ojos en verde, haciendo frotar un trozo de tierra para transportarse — Me pido los pisos de arriba —Comenzó a elevarse hasta romper el cristal del último piso.

Apoyándome sobre mi pierna derecha, di un enorme para aumentar mi velocidad y adentrarme en el primer piso.
Acerqué una de las esferas al muro de la sala de la recepcionista. Oportunamente lograba moverme con facilidad al tener el camino despejado. Nadie se ubicaba en el sitio. La esfera al estar cerca de la pared se sentía atraía por un imán eléctrico, hasta quedar completamente atraída por esa superficie en específico.
Desconocía la complejidad de los aparatos, sin embargo, me decidí a colocar por lo menos tres por piso (Considerando que me tocaría la mitad).

Subí unos cuantos pisos usando el teletransportador, temía saltar y despedazar la construcción con mi compañera encima. Me dedicaba a entrar en la habitación de en medio, siendo identificado por su numeración. Posteriormente me ubicaba en ambas esquinas para colocar otro artefacto. Esa era mi programación continúa.


— Tenemos nuestro encuentro en privado —Terminé de colocar la última esfera, dejando la bolsa escaparse por el flujo del viento — Mira, el destino nos tenía un momento de reencuentro —Di la media vuelta visualizando a esa mujer de rizos rosados observando fijamente el vidrio transparente — Cumpliste tu objetivo, me alegro por ti.

— ¿Y ahora? Reanudaremos el mundo actualmente conocido —Añadí — Trabajé como agente encubierto, de cierta forma, pero el crédito no me pertenece totalmente —Me puse a su costado.

— Negativo —Movió su cabeza en direcciones opuestas — Si me opongo a detenerlos, mis recuerdos serán nuevamente borrados. Es restringido el desarrollar sentimientos —Se volteó a mi dirección dejando sonar el metal de su armadura — A pesar de eso... Me niego a lastimar un ser tan pequeño e insignificante como tú, Kenji Hashimoto —Sonrió — Me hubiera encantado estar en persona por última vez contigo, animarte al dar el paso final en ésta batalla.

— ¡Espera! —La susodicha comenzó a deshacerse lentamente, se trataba de un clon.

— Al momento de asesinarme... ¡Ódiame! Fui parte de éste caos y permití que sucediera. Soy igual a todos ellos —Sus dientes se asomaron por sus delicados labios — Prefiero morir a cargar con las culpa.... Fue un placer, tonto —Se convirtió en partículas de polvo que impregnaron mi vestimenta.

—En mi intento por abrazarla mis brazos chocaron entre ellos mismos — ¿Dónde estás? Tenemos mucho que platicar. Debo encontrarte —Salí del cuarto en busca de la cazadora, a pesar de esto, el edificio comenzó a hundirse, a colapsar, haciendo perder mi equilibrio y caer entre los pedazos de concreto.

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