Nataly Miller
Nacimiento: 30 de Octubre 2036
Estatura: 1.67cm Peso: 54kg
País de residencia: Estados Unidos
Edad: 17 años
15 Noviembre de 2053 10:00pm
Casa de los Miller
Al mismo tiempo en que se reproducían las canciones de mi banda favorita de rock, acomodo mi cabellera dorada en una trenza con la ayuda de mi liga, una de color oscuro, debía hacer conjunto con mi vestido de escote en "v", bastante elegante a mi parecer. Por mi cuerpo rocié un poco de perfume, aquel que irradiaba el aroma de mi fruta preferida: La fresa. Es tan fresca y pequeña, podría comerla sin parar. Sin hablar de su tacto tan suave que hacen sentir placer a mis dientes.
Tomé mi diminuto bolso en forma de una calavera con un moño encima, bastante animada, no había encontrado un diseño que se acercara a ilustrar un verdadero cráneo como debía. Al mirarme por tercera vez en el espejo, me convenzo de mi imagen, diciendo "Te ves encantadora, Nataly". Tomo un par de fotos en distintas poses frente al espejo, las postearé al rato en mis redes sociales, aunque eso atraiga exclusivamente a chicos estúpidos. Digo, ¿Podrían ser al menos caballerosos? Jódanse.
Salgo de mi tétrico cuarto hasta llegar a la sala, donde tomo mi llavero que conjuntaba las llaves de la casa, del carro y un peluche en bola. Doy paso al exterior asegurando nuestro hogar. Finalmente subo al carro prendiendo el motor del mismo. ¿¡10:20!? ¡Dejaré esperando a Samary! Puedo que no parezca importante, pero es mi mejor amiga, nos hemos contado absolutamente todo, es la única persona por la que daría totalmente la vida. Tomando lo anterior en cuenta, decido pisar el freno a máxima velocidad, con las esperanzas de que no me multen.
Luego de pasar algunos "obstáculos" estacioné el coche entre los muchos otros del centro comercial. Corriendo tan rápido, como mis piernas pudieran, hasta la entrada.
— ¡Mírate! ¡Qué hermosa! —Su encantador vestido celeste iluminaba el cabello pelirrojo que portaba. La luz de alguna lampara resaltaba sus ojos cafés, era tan hermosa, ¡Una diosa!.
— No te quedas atrás —Nos saludamos con un beso en la mejilla. Pasó su bolso rojo a su mano derecha para tomarme con la contraria y entrar juntas. Su mano era tan calidad, me daba la tranquilidad necesaria y la fuerza para volverme segura. Junto a ella me sentía como una chica renovada, sin la etiqueta de chica "fácil" que describían antes.
Es curiosa nuestra historia. La conocí recién entramos a la misma escuela. La peculiar terminación de nuestros nombres nos unían, eso y la determinación en ambas para tener la nota mayor en las materias. Pasamos de ser enemigas, a conocernos y ser mejores amigas, ahora ambas nos apoyábamos en nuestros estudios. Éramos las mejores, juntas.
— Bien, la función comenzara en un momento. ¿Te apetece hacer algo antes, señorita? —Di la vuelta para detenernos frente a frente.
— Ahora que lo mencionas —Su mirada se figó en una nevería. Respondí con una mirada de disgusto acompañada de encorvar mi espalda — Por favor —Mencionó arrastrando las dos palabras. Comenzó a jalonearme por cada movimiento de cabeza.
— ¿Desde cuándo? —Pregunté. Quería volver a admirar a aquél muchacho, mismo que le fue infiel y terminaron por razones diversas, como el que es un idiota. No entiendo como puede vivir con la inseguridad de volver a ser engañada, sería imposible para mí.
— Dos semanas —Bajó su mirada apenada. Esa expresión significaba mucho, ella sabía que terminara sucediendo lo mismo. Ese chico es el todas mías de la ciudad.
Ascendí con la cabeza a pesar de estar en desacuerdo. El tonto no merecía a Samary, ella es tan dulce, encantadora, lista, fantástica, es todo lo que está bien en la maldita sociedad. Puede conseguirse mejores pretendientes, mejores parejas que le hagan sentir como nunca antes. Incluso yo podría hacerle sentir lo que es estar entre las estrellas. Podríamos ser reinas juntas.
Le acompañe a pedirnos dos helados. Mientras eso sucedía ella coqueteaba y se besuqueaba tanto con el castaño que nos atendía, yo le miraba con odio y desprecio. Él sabía perfectamente que me caía mal, aún así me continuaba hablando. No saben lo que he sufrido, mi mejor amiga me ha cancelado salidas por culpa de ese patán, o incluso lo ha llevado con nosotras. ¿Cuándo terminará con esa plaga?.
Terminamos nuestros postres para entrar a ver la película que habíamos esperado durante tiempo, a ambas nos encantaba, básicamente narraba la historia de una joven bruja que creció única en el mundo humano. Termino poco después de las 11, por lo que decidimos quedarnos en la plaza de afuera, en la hermosa fuente redonda que daba la bienvenida.
— ¡Hora de la selfie! —Saqué mi celular de funda rosa para tomarnos una fotografía. Decidí colocar un filtro de corazones, a ambas nos encantaba jugar con lo interactivo que era. Ambas posamos con la lengua de fuera, guardé la foto e igual el celular — ¿Te has divertido?.
—Sonrió — Contigo, en cualquier sitio me voy a divertir.
— Bueno. Te recuerdo que siempre que ese bobo te haga daño, podrás acudir a los brazos de tu mejor amiga —Mencioné.
— No volverá a suceder —Rodeó los ojos.
— Sólo es un aviso. Los hombres son sumamente tontos y lo sabes —Tomé su mano en dirección a mí coche. Me había propuesto a llevarla hasta su casa, era lo suficiente tarde para regresar caminando.
Recorrimos las nocturnas calles de nuestra encantadora ciudad, pero ella lo era más. No puedo explicar los tantos sentimientos que me provocaba verla feliz o el que preguntara por mí, me sentía importante para alguna persona por fin. Es imposible imaginar mi pequeño mundo sin ésta chica que irradiaba plenitud en su máximo esplendor.
Nos mantuvimos hablando de cosas de chicas, tontas y otras tantas cosas, como series de nuestro género favorito: Ciencia ficción. El tiempo se paso con todas esas charlas, hasta que se me ocurrió una grandiosa idea.
— ¿Qué hora es? —Aún quería permanecer fuera de casa, continuar en el papel de las chicas divertidas en una película.
— Pasa de las 12 —Giré el auto en una calle.
— Te invitaré de cenar. Las hamburguesas están muy cerca de tu casa, y son tan deliciosas que querrás volver —Su negación se encontraba ausente.
Nuestro camino comenzó a iluminarse lentamente como si tuviéramos una linterna apuntándonos, quizá un auto. Pero no dejaba de ser extraño, las banquetas tenían sus lamparas iluminándonos con grandes intensidades.
A lo pronto una fuerza desconocida nos empujó dentro del automóvil, terminamos dando diversas vueltas dentro de éste, sin poder concentrarnos en visualizar algo a nuestro frente. Nuestros perturbadores aullidos desgarraban nuestros propios oídos. No sabíamos como reaccionar, que hacer para salvar nuestras vidas, ni siquiera pude sentir algún choque o algo, simplemente el carro se volcó...
Desperté de mi estado de inconciencia. El carro, por fortuna, acabó parado por lo que mi escape no fue una dificultad total. Desabroché el cinturón y me dejé caer en esa calle, en ese apocalipsis de total destrucción. Completamente mi alrededor se encontraba deshecho, los edificios en su mayoría estaban hechos pedazos al igual que las calles y otros automóviles. Por fortuna estaba viva... ¿Ella a dónde fue? No se ubicaba en mi asiento de copiloto.
—Ignorando el dolor de mi cuerpo decido ponerme de pie. Sin importar que de mi labio escurría sangre — ¡SAMARY! —Grité en ese vacío paranoico. Debía llegar a ella de alguna forma. Sin importar a que costo llegara.
— ¡Nataly! —Me responden en dirección poniente, ¿Tanto tiempo pasó?. Caminé con cuidado entre los destrozos, buscando la manera de llegar a esa voz.
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Evolution World
Science FictionUna 3ra guerra mundial a sucumbido al planeta tierra y sus ex-habitantes. ¿La razón del comienzo? Es la evolución artificial a la raza humana, donde, el primer grupo conocido como "Evolution World" lleva la tarea de rescatar y otorgar habilidades so...