Evolution World

Capítulo 32

Sucesos por parte del Equipo "A"

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La chica de ojos verdes estaba rodeada; Por delante se encontraban Trishma y el alienígena al que no le afectaba su única defensa. Mientras que por detrás se ubicaban los 4 chicos, listos para defender, desde luego que ellos eran el punto sencillo, eso si no hablamos de los otros dos lados, los cuales estaban cubiertos por enormes edificios de comercios y habitaciones (Claramente todos desalojados). Era una calle continua de cemento, tendría que saltar o pasar por encima de las edificaciones para salir por ahí, cosa que le tomaría tiempo.

Sus pequeños pasos empezaban a cortarle las opciones a la mujer, pronto le pisarían los talones. Su respiración agitada demostraba su preocupación. Aquí el tiempo es la variable para obtener la victoria o la derrota, eso lo sabían.

Tal como lo suponían, la flora formó un muro por detrás de A05, mientras que del lado contrario comenzó a atacar al escuadrón de hombres. Buscaba la mínima abertura para salvarse.

— ¡Resistan un poco! —Trishma avanzaba junto al alíen, provocando que las raíces crecieran, provocando ataques en semicírculos para abrirse camino. 

—Una de las espinas iban directo hacia el japonés dorado, hasta que ser detenida a la par del sonido de la madera raspando — ¿El príncipe necesita ser rescatado? —Bromeó Pedro bloqueando el golpe con un oscuro de ramas.

— Muchas gracias —Respondió el rubio — Pero prefiero ser el tipo de realeza que se salva por sí mismo. De hecho, que tal si me das un noble corcel, tengo un plan —Su pareja no entendía a lo que se refería, pero atendió sus órdenes creando, con una gota de saliva, un Pegaso de ramas.

— Bueno, su majestad —El mexicano se montó para extender su mano — Pensé que lo decía en serio. ¿No es lo que esperaba? Puedo traerle uno a su gusto —El animal agitó su cabeza de derecha a izquierda.

— Calla, tonto —Recibió su mano para subirse junto a él — Espero que no le moleste llevar a alguien más —Le respondió mientras que el caballo emprendía su vuelo.

— Desde luego que no. Estamos a sus ordenes —Despegaron, era casi imposible de creer, pero la fuerza de sus "alas" lograban mantener a los dos humanos sobre el aire, disfrutando de su fantasía de la edad media.

— ¿Podrían tomárselo en serio? —Les voceó Wyatt. Estaba encargándose de las plantas rivales, pero eran demasiadas, le obligaban a retroceder.

— ¡Perdemos terreno! —Agregó Sergio. A pesar de ir por aire, se le complicaron las cosas, sus pequeñas dagas no le permitían abarcar muchas zonas de ataque.

El Pegaso voló en círculos mientras era protegido a arma y puño de los dos jinetes. La ruta fue trazada en círculos hasta aterrizar con la General, descuidaban el punto de salida que se les encomendó, sin embargo, era acertado decir que es por una buena razón.

Al aterrizar, dejando que el noble corcel dejara sonar sus dos pezuñas de madera al ritmo de que sus alas volvían a descansar al costado de su espalda.