Capítulo 5

144 33 15
                                    

— Toma asiento —El tipo gigantesco ordenaba con una tremenda voz que se volvía en un eco por el lugar. El adolescente intentó acomodar sus alas en aquella silla redonda tan exclusiva para él —Todos los demás presentes se sentaron en las grandes bancas, donde cabían perfectamente — General Trishma, hágame el favor de pasar —La chica de los tentáculos caminó hasta el Mayor y se mantuvo de pie a un lado suyo.

— Tenemos a cuatro especímenes humanos provenientes del planeta tierra. —En su mano sacó una pantalla transparente, de donde reproducía imágenes y vídeos de lo sucedido — Sin embargo, poseen unas novedosas habilidades que no pertenecen a lo que conocemos. Los destrozos en nuestro planeta, Casaya, son casi menores, podremos repararlos en cuestión de horas —Apagó el dispositivo y lo mantuvo en el costado de su pierna — Puedo intentar ponerme en contacto con sus autoridades responsables, si es que me lo permite.

— Lo consideraría como algo correcto, pero considerando la situación que están viviendo los del planeta Tierra, no lo veo como la mejor manera posible. Además, nuestra forma que hemos usado para contactarnos con ellos ha sido destruida —Aquí es donde uno se daba cuenta que su propio gobierno realmente escondía algo grande — Usaremos el Oráculo, actualmente en manos de mi hija Nazu —Una de las dos puertas, en los costados de su trono, comenzó a abrirse y dejar salir a una pequeña chica de cabello blanco como la nieve, amarrado en cola de caballo. Su piel era blanca, pero menos clara que su pelo. Sus ojos, apenas vistos por su flequillo, eran azul cielo, al igual que el encantador y codicioso vestido que poseía. Parecía ser una princesa, con todo y zapatillas de cristal.

—Dos guardias cerraron la puerta detrás de ella y enseguida caminó hasta su padre, sosteniendo con sus manos el largo de su vestido — No estoy segura que su cuerpo logre soportar el poder del amuleto, pero con gusto lo intentaré —Resaltó los peligros que había con una voz suave. Pero de igual forma haría lo que le mandaba su padre — Sólo dolerá un poco, lo prometo —Se acercó a unos metros de Sergio, quitó el guante azul de su mano y comenzaba a salir un lazo de su palma.

— ¿Dolerme? —El lazo llegó hasta la frente de nuestro compañero uniendo a ambos, en ese momento dejó caer un quejido y sus la pupila de sus ojos desaparecieron. Parecía empezar a recuperar los recuerdos desde su niñez.                                                                                                                      Luego de unos 5 minutos en esa forma, la magia volvió a la chica igual que su guante. El adolescente recuperaría la respiración de un tirón, como si hubiera estado al borde de la muerte. 

— Solo miré parte de su pasado y parece ser que no fue culpable de lo sucedido. Parece que se quedaron a dormir a las afueras de la ciudad, en un bosque. Perdieron de vista al sujeto de los desastres, por lo cual necesitaré ver que sucedió con él —Se mostraba tranquila y en un punto neutro necesario para la justicia. En verdad podría ser una verdadera heredera a un supuesto trono.

—Los murmullos en la sala comenzaron, todos daban su opinión respecto a lo sucedido. Pensaban en voz alta — ¡SILENCIO! —Enfadado y manteniendo el orden, la autoridad del lugar gritaría causando un pequeño temblor en el lugar.

— Señor, es un bastante peligroso que su hija se acerque a alguien como esa persona —La general empezó a dar inmediatamente su criterio del asunto. Y viéndolo desde su punto de vista, tenía razón.

— ¡No dejaré que lo hagas! —Renunció a la posibilidad tomando en cuenta el consejo, como si le hubiera manipulado. Se dejaba llevar mucho por sus emociones, el enojo logró que tirara el gorro de su capucha, mostraba sus ojos, literalmente eran dos esmeraldas. Mientras su piel era cubierta por un pelaje amarillo.

—"La oráculo" caminó lentamente haciendo sonar sus zapatillas por el pasto. Era lo bastante rebelde para haberse acercado hasta mi, me encontraba aún en esa cápsula atado en unos aros de metal pertenecientes a un costado de la sala — Tengo que hacerlo, es lo correcto, Aunque no te parezca —Todos los soldados de la sala apuntaron sus armas en nuestra dirección. Posiblemente esto se saldría de control, y no por mi culpa. 

— ¡Te has vuelto loca! —Gritó su papá de inmediato, poniéndose de pie sobre su lugar y guardando silencio, tal como había pedido Nazu con un silbido. Nuevamente se desprendió un látigo, pero ahora hasta mi frente, experimenté realmente el dolor de ese poder.

—Todo regresó a la normalidad, pero las armas no dejarían de apuntar hasta que ella se retirara del lugar — Es inocente, algo o alguien estaba poseyendo su cuerpo mientras —La sala nuevamente se inundó de las voces de espectadores.

— ¡Aléjate de ahí ahora mismo! —El Mayor estaba totalmente preocupado por su descendiente, quien de inmediato haría caso y se retiraría — Necesitamos pruebas de que no tenga ningún mecanismo, los mismos humanos podrían haberlo mandado en plan de ataque. 

— Ahora mismo procederé a un análisis, mi señor —Trishma se dirigió hasta mi cuerpo, en ese momento ya me encontraba despierto por el proceso del Oráculo, pero preferí sólo escuchar el juicio, creo que era preferible eso.                                                                                                                                  Una vez estando en frente mío, abrí detenidamente y mínimamente los ojos. Podía ver una máquina sobre una plataforma de metal, pero no una de llantas, ésta flotaba. De inmediato una luz roja empezó a iluminarme de pies a cabeza varias veces.

— Negativo. No parece tener ningún aparato que le incrimine —Uno de los soldados que acompañaban el aparato daba el resultado. Lo que creo nos salvaría.

— Aún así no podría perdonar los daños causados en nuestra ciudad. Parece ser que solo hubo heridas superficiales en nuestros habitantes. Su plan no parece ser para perjudicarnos a nosotros —Colocó su gigantesca mano sobre su barbilla, estaba analizando una situación creíble para todos — ¡El caso ha sido cerrado! Estos humanos insignificantes serán puestos en... —Volteó hacía el público y levantó ambos de sus brazos al aire, como si se tratase de una buena noticia — ¡Nuestro gran coliseo de batalla!


Todos los sujetos azules comenzaron a gritar felices como locos, festejaban entre ellos mismos. Parecía ser una costumbre de ellos mirar cómo las personas se asesinaban en un coliseo mientras ellos disfrutaban, aunque debo considerar que alguna vez también fue entretenimiento para nuestra raza.

Tal parecía que no había forma de negarse, después de todo era nuestro castigo y, creo, prefería eso a un tiempo encerrado en prisión, en caso de que también se aplique eso por estos lados del... ¿Universo?

Evolution WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora