En Sacrificio Voluntario

59. Gloria

Los últimos días habían sido un infierno absoluto. Voldemort no usó esa palabra a la ligera, un lugar que le amenazó en su juventud por el personal del orfanato como un lugar para que su alma malvada nunca encontrara descanso. Provocó un terrible temor que sólo podía ser inculcado sobre uno en la infancia. Sin embargo, era la única palabra que podía describir con precisión el estado en el que estaba ahora. Nagini, su compañero más preciado, se había ido. Ella nunca había regresado de su misión, y él no pudo encontrarla a través de ningún medio mágico. Eso sólo podría significar dos cosas. O estaba muerta, o detrás de los pabellones lanzados por los magos más poderosos de este planeta. Aquellos en un nivel de poder que al menos se acercó a los suyos.

Dumbledore.

No había aparecido en el trabajo, sin molestarse en ni siquiera ofrecer una explicación, pasando todo el tiempo vertiendo sobre los libros y tratando de los rituales más oscuros para encontrarla. Todo fracasó, y con desesperación llegó a la conclusión de que ni siquiera podía conectarse con el pedazo de su propia alma en ella. Voldemort no entendía... había establecido una conexión con su otro Horcrux viviente, capaz de alcanzarlo a través de los sueños. ¿Fue sólo por los rituales adicionales? Eso no podría ser.... Nagini mantuvo su alma,seguramente esa corbata no había sido tan cortada que no sería capaz de encontrar su ubicación!

Barty sólo ocasionalmente acudía a traer cartas del personal y seguidores. A Voldemort no le importaba, gruñendo al mortífago para salir. Pasaba cada día y una noche inquieto, viviendo de pociones para mantenerse despierto para no perder un tiempo precioso. Dondequiera que Nagini había sido llevada, si estaba en manos enemigas, en manos de Dumbledore,su vida estaba en peligro, cada día un poco más. No podía perderla. Y no sólo por lo que era. Tan pronto como se conocieron en ese bosque albanés, algo había hecho clic. Incluso como un simple espíritu, ella lo había hecho compañía, lo sacó a través de él como él poseía otras criaturas y más tarde Quirrel. En los raros momentos en los que había sido capaz de tomar el control total del ex profesor de defensa, había comprobado a Nagini, que se había estado escondiendo en el Bosque Prohibido. Una vez que había perdido ese cuerpo también y su espíritu se liberó, Voldemort había buscado instantáneamente a su familiar. Ella lo había mantenido cuerdo de nuevo, y juntos habían esperado el momento perfecto. Incluso le había concedido la oportunidad de poseerla un par de veces cuando había sido demasiado débil... haciéndola la guardián de su alma tan pronto como recibió un cuerpo, rudimentario como era, había sido su manera de honrarla por toda su fe en él.

La edición navideña del Daily Prophet iba y venía, pero apenas miró el papel en el que debería haber tenido voz y voto. Apenas se dio cuenta de que Barty había tomado las riendas, escribiendo cartas al personal en nombre de Noctua, forjando la letra y fingiendo estar lo suficientemente enfermo que sólo la edición de larga distancia era posible.

Voldemort estaba a punto de probar su próximo intento: llamar a tantos espíritus como pudiera reunir con la esperanza de que alguno de ellos viera algo. Habría un precio duro que pagar: tirar de los espíritus en la mente requería sacrificar recuerdos fuertes, una razón por la que los oráculos de antaño generalmente se volvían locos. Llamarlos por otras personas era menos un problema, ya que podía exigir a la persona que había solicitado la conexión que proporcionara una memoria. Ahora sin embargo... no tenía idea de lo que exactamente se sacaría de su mente. Sin embargo, estaba dispuesto a arriesgarlo si le daba la más mínima ventaja en su búsqueda de encontrar a Nagini. Ciertamente ya arriesgaba mucho. Había perdido a su compañero justo antes de Yule y no había tenido tiempo de presentarle a Magic los debidos respetos durante su búsqueda. Ya podía sentir las consecuencias de eso, pero no le importaba lo suficiente en este momento.