En Sacrificio Voluntario

71. Lecciones de Humildad

Resultó que Harry tampoco habría tenido tiempo el domingo por la noche para reunirse con Draco. Había pasado tanto tiempo que Harry casi no esperaba otro, reflexionó mientras desenrollaba el corto rollo de pergamino con la firma de Dumbledore en la parte inferior. Después de rechazar otra lección hace aproximadamente un mes, pensó que el Director podría haber dado por sentado -1. Realmente, ¿Qué había estado pensando Dumbledore, tratando de iniciar una charla sobre Voldemort justo después de finalmente dar algo de información sobre el asesinato de Dursley, después de todos los demás, nada menos.

A pesar de todo, despertó su curiosidad. ¿Sería esto realmente sólo otra lección, o Dumbledore finalmente revelaría un poco sobre el caso de custodia en curso? No había habido noticias al respecto desde ningún extremo. Sirius no sabía nada más allá de lo que ya había revelado y Voldemort había sido veteadamente desdeñoso anoche. Incluso con respecto al período de tiempo en el que Harry podía esperar que algo sucediera, no había nada que continuar, aparte de la vaga conjetura de Sirius de 'un mes'. Bueno, ese mes ya había terminado... ¿Llegaría a su fin antes de Semana Santa? ¿Y si no? ¿Los empleados del Ministerio actualmente responsables de Harry lo obligarían a quedarse en Hogwarts? Eso tiraría por la basura bastantes de sus planes. En realidad no había hablado con nadie personalmente, ni siquiera había recibido una sola carta sobre todo el calvario. No inspiraba precisamente confianza.

Con una cuidadosa esperanza de respuestas, Harry subió la escalera de caracol a la oficina del director. No había cambiado un poco visualmente, pero de alguna manera tenía la sensación de que era más fuerte que antes. Al entrar, Harry lanzó una mirada perturbada a las filas de instrumentos hinchados y silbantes.

''Mis disculpas por el ruido'', Dumbledore respondió a la pregunta tácita. ''Los Dementores están demasiado cerca del castillo. Perturba las lecturas como mis aparatos identifican legítimamente a esas criaturas como enemigos hostiles. ¿Puedo darte un delicioso par de orejeras?'', hizo un gesto a una canasta en el escritorio con orejeras esponjosas que Harry había usado por última vez al volver a hacer mandrakes. Eso parecía hace eones.

''Puedo manejarlo'', respondió, sentado en la silla habitual mientras echaba un vistazo a la percha vacía detrás de Dumbledore. Tal vez Fawkes estaba tratando de evitar todo el ruido. ''Querías hablar conmigo... es esto sobre Voldemort? ¿O los Dursley?''

El Director suspiró y acarició su barba. ''Un poco de ambos, lo admito. Si no le importa, me gustaría hablar primero sobre la cuestión relativa a su tutela. Como el Ministerio está involucrado, la profesora Umbridge hizo todo lo posible para retener cualquier puesto que se le enviara''.

''¿Qué?'' Harry exclamó, sentado más recto.

''Lamentablemente está en su derecho de interferir. Ya sea que ocupe activamente el cargo o no, todavía se la considera Subsecretaria Principal del Ministro de Magia. Eso le da bastantes derechos sobre la información enviada por sus inferiores. Como mero director de su escuela, no puedo anular esa decisión. Sin embargo, nadie me prohibió explícitamente...'' el hombre abrió el cajón del escritorio superior y retiró una pequeña pila de sobres, ''de hacer copias'', sonrió. ''Me temo que si no lo hubiera hecho, no sabrías para qué estabas''.

Nervioso, aceptó las cartas ofrecidas. Harry estaba extrañamente conmovido por el gesto. Dumbledore no había necesitado hacer todo lo posible para hacer esto. De hecho, el hombre podría haberse beneficiado de que Harry quedara en la oscuridad.

El otro tarareaba y miraba sus gafas de media luna. ''Pareces ser una opción popular para una adición familiar. Me pregunto por qué'', bromeó el hombre. ''Como se puede ver en estas cartas, hay dos partes viables que desean tomar la tutela sobre usted. Hasta ahora, el Ministerio no podía estar convencido de que uno tenga una ventaja significativa sobre el otro''.