En Sacrificio Voluntario

52. Entrenamiento

''Hacer las articulaciones más pequeñas'', Habló Voldemort mientras echaba un ojo crítico a la creación más reciente de Barty. ''Los seres vivos tienen tendones y músculos, no se puede imitar adecuadamente que en una gólem tan pequeña, el material es demasiado inflexible. Las articulaciones compuestas de mármoles más pequeños le darán suficiente movimiento.'' El mortífago siguió el consejo, encogiendo las piezas que mantenían sus extremidades juntas y multiplicándolas. Cuando animó la pieza con un hechizo, los movimientos del gólem habían mejorado mucho. Parecía un pequeño mamífero de piedra viva y metal. Más tarde se preocuparía por los detalles como el diseño del cráneo o los patrones para que se vea mejor. Sería un buen guardia y un mensajero rápido. Mucho más rápido que un búho, y más capaz de defenderse.

''Te doy las gracias, mi Señor'', habló respetuosamente, cogiendo su desliz justo a tiempo. Fue alegre, tener el mago más grande de todos los tiempos a su lado, enseñándole. Por mucho que Barty pensara en el Señor Oscuro como una figura paterna, no quería arruinarlo al sobrepasar sus límites al expresarlo. Lamentablemente sabía que nunca sería más que un estudiante a lo sumo para el Señor Oscuro. Una mano fría aterrizó en su hombro y Barty miró hacia arriba en los ojos de rubí que eran un toque más suave de lo habitual.

''Esto será muy útil, crea más de ellos''.

Barty observó cómo el hombre se movía al escritorio y comenzaba a responder cartas de diferentes seguidores y aliados de todo el continente. Sus acciones bajo el pretexto de la Mano de la Magia habían ganado popularidad rápidamente entre la gente común. Cada mañana, Lucio, que estaba principalmente a cargo de la operación criatura, entregó estas cartas. Barty tuvo dificultades para contener su alegría por el hecho de que esta parte estaba prácticamente terminado ahora y Lucio estaba desapareciendo lentamente fuera de los focos. El cobarde no merecía ningún tipo de reconocimiento en su opinión. En su lugar, habían comenzado a hacer movimientos en la recopilación de información sobre los hospitales, que Barty había sido dado el reinado completo sobre. El peso de la operación que descansaba sobre sus hombros se sentía bien. Era otra oportunidad para demostrar su absoluta lealtad y utilidad.

Naturalmente, no fue lo único que hizo la atención del Señor Oscuro. El hombre estaba ocupado con muchos planes diferentes simultáneamente, ya que había mucho que hacer todavía. Mantuvo un ojo en Hogwarts, trató de contrarrestar la Orden del Fénix cada vez que esos agitaban problemas, controlaban las noticias, influían en el Ministerio y mantenían relaciones con los muchos seres y bestias que le debían ahora. Barty se sentía orgulloso de estar aquí por todo, capaz de ayudar al Señor Oscuro en todo momento. Sabía que algunos de los mortífagos se burlaban de él y sólo lo veían como una especie de lacayo que no hacía nada más que mantener la casa en forma y su Señor alimentado. Podían pensar lo que quisieran, nunca se confiaría en ellos lo suficiente como para ver al hombre detrás de la máscara cuidadosamente elaborada.

Eso no significaba que a veces no fuera a veces una carga también. Cuando había sido un simple niño, el Señor Oscuro había sido alguien a quien había admirado con tanta fuerza: un líder capaz, un que daba conocimiento y magia, un pilar estable de apoyo que el lado más oscuro del mundo mágico necesitaba tan desesperadamente. Uno que acabaría con la corrupción y los uniría a todos. Barty sabía que algunos de esos rasgos no eran todos ellos hechos para ser. El Señor Oscuro no siempre tuvo el control mental, luchando con sus propias emociones y tomando decisiones erróneas, ya que no siempre tuvo en cuenta las reacciones emocionales de otras personas. También era propenso a actuar precipitado cuando las cosas no salieron a su manera y muy poco dispuesto a escuchar consejos que no se pidieron explícitamente. El Señor Oscuro no tenía las respuestas a todos los misterios de la vida.

Sin embargo, en lugar de esto influyó negativamente en la opinión de Barty, sólo fortaleció sus creencias en los objetivos del hombre. Su Señor conocía el dolor, la lucha, el rechazo. Aunque tuvo éxito en interpretar el papel de un pozo noble de sangre pura, fue un salvador de los oprimidos y pasado por alto. Era el deseo más profundo del mortífago de vivir algún día en el mundo que estaban esforzándose por crear ahora. Uno en el que ya no tendría que esconderse, donde podía caminar libremente por cualquier calle y practicar la magia que deseaba sin temor a que los muggles vieran o fueran traídos de vuelta a Azkaban. A veces, se sentía como si estuvieran buscando utopía y nunca tendrían éxito. Alejó esos pensamientos y trató de concentrarse en los pequeños pasos. La magia podía hacer todo, al igual que su Señor elegido.