En Sacrificio Voluntario

96. ¿Qué es el amor?

Harry se acurrucó, sintiéndose frío y entumecido a pesar del fuego. ¿Por qué no pudo haber dormido toda la noche como una persona normal, despertándose renovado a tiempo para la primera tanda de exámenes prácticos, con suerte con los brazos de su compañero rodeándolo?

La dichosa fantasía provocó automáticamente que Harry se acercara mentalmente antes de saber lo que estaba haciendo, incapaz de tranquilizarse hasta que al menos supiera dónde estaba Voldemort... Cuando se encontró con un muro de desesperación frustrada y un montón de negatividad adicional, rápidamente se retiró. . No sería saludable acumular los problemas de su pareja encima de los suyos en este momento. Pero era suficiente saber que Voldemort todavía estaba aquí y no había salido de la casa por completo para emprender una ola de asesinatos o cualquier otra cosa que a Harry le gustara hacer a su compañero para desahogarse. Era predecible que el otro simplemente se marcharía sin decir una palabra ante la acusación pronunciada. Aún así, después de siempre hacer todo lo posible por cuidar al otro, le dolía quedarse en el frío ahora que Harry era el que necesitaba algún tipo de apoyo emocional, alguien con quien hablar. Sorprendentemente, no sintió la cantidad habitual de ira irracional al ser tratado de manera tan injusta. Incluso tratar de decirse a sí mismo que había sido el deseo de Voldemort lo que los había llevado a esta situación en primer lugar no hizo más que causar una mayor sensación de aturdimiento.

Gimió miserablemente, presionando ambas manos contra su frente. Todo había comenzado de manera tan inocente, deseando sólo contribuir a su objetivo final tanto como pudiera como individuo. Que hubiera quedado tan atrapado en la magia embriagadora o que Voldemort regresara para alimentarla, Harry no lo había previsto en lo más mínimo.

Aunque nada de eso había sido parte del problema todavía, ¿verdad?

Descubrir lo que sucedió resultó no ser tan fácil, especialmente porque no podía decidir en qué concentrarse. La mirada vacía de Pettigrew, la pura alegría que el asesinato había evocado en su compañero, la extraña sensación de estar renovado , la revelación sobre Tom . Determinar la verdadera fuente de la agitación con todo lo que había sucedido en el corto lapso de quizás una hora como máximo fue una tarea desalentadora. Harry sólo podía decir con la mayor certeza que le encantaba estar envuelto y aplastado por magia pesada, nunca se había sentido más vivo que cuando su otra mitad observaba sus movimientos con tanta intensidad. Incluso la muerte de Pettigrew...

Harry inhaló bruscamente al reconocer que todavía no había culpa por el acto en sí. La forma en que Colagusano permaneció en la tierra de los vivos había sido crueldad en sí misma. Además, Harry había llegado rápidamente a la conclusión de que si Sirius alguna vez se enteraba, perdonarle la vida a la rata en la Casa de los Gritos no habría tenido sentido. De un modo u otro, Pettigrew había sido un hombre muerto en vida. Ser capaz de darle a esta lamentable existencia un último destello de significado fue más que suficiente para que Harry se liberara del peso del arrepentimiento.

Y ahí estaba el comienzo del problema, el borde desenredado y manchado del hilo rojo que conducía a un complicado laberinto que escondía un monstruo en su centro. Porque hasta ahora, Harry siempre se había aferrado a la creencia de que incluso cuando se viera obligado a borrar vidas, no habría otra opción o sería tragado por un pozo de culpa. Lo primero había sido cierto en los otros dos casos que había matado. Esto último debería haber sucedido una vez que los últimos rastros de la magia que había aturdido su mente hubieran sido devueltos a la tierra. Sin embargo, no fue así. En cambio, había sentido muy claramente algo nuevo en él. Algo roto. Dolorosamente, el adolescente clavó sus dedos en el centro de su pecho, como si intentara cerrar un puño alrededor de su corazón dolorido, que imaginó vívidamente que ahora contenía su alma dañada.