the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 3 0

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Los días se habían pasado rápido. Apenas tenía idea de cómo es que se estaban escurriendo con velocidad, efímeros y nada brillantes. Era como si todo en mi vida se hubiese tornado en tintes monótonos e insignificantes.

Já, de nuevo volví a ser el mismo grillito que decía tonterías sin sentido y que brincaba por todos lados. De hecho, estaba segura de que no lo dejé de ser nunca, sin embargo, podía afirmar que cuando Jasper estuvo a mi lado, todo se había multiplicado por mil.

Por lo menos lo manejaba bien. Me divertía como siempre y no descuidé mis estudios. Me movía de aquí para allá como siempre, vivaz y positiva.

Tampoco podía quejarme. Nos despedimos en buenos términos, deseándonos lo mejor el uno al otro en el por venir desconocido para nuestras vidas. Lo extrañaba y me dolía su partida, pero así habíamos decidido que las cosas siguieran su curso.

Me preguntaba a veces que estaría haciendo, si se hallaba bien o no. Quería creer que buscaba su paz mental como en varias ocasiones hablamos. Probablemente fue a Texas a visitar donde residían los restos de Genevieve. Tenía muchísimas dudas, las cuales siempre trataba de quitarme distrayéndome y manteniendo la mente ocupada.

En cambio, Bella era una cosa por completa diferente. Había visto como intentaba lucir bien delante de papá, que poco a poco comenzaba a preocuparse por ella. Comíamos diario juntos en casa, cosa que no hacíamos antes a causa de nuestra estabilidad, pero mi hermana vivía dentro de una burbuja de tristeza de la que no sabíamos cómo sacarla.

La admiré en silencio, masticando de la ensalada que acompañaba mi milanesa. Su piel traslúcida lucía incluso más transparente que antes, sin vida. Ni siquiera uno de los Cullen se veía como ella. Las ojeras de su rostro se marcaban con potencia, como si no hubiera dormido por mucho tiempo.

Apenas transcurrió un mes. No quería imaginar cómo se hallaría a futuro de no poder hacer que saliera de su ensoñación.

Por la noche, saldría con Mike, Jessica, Eric y Tyler a una fiesta. Angela no asistiría, sus padres insistían en que la convivencia en esa clase de eventos no era sana, así que aunque me sentía algo fuera de lugar, por lo menos tenía a Eric, a quién podría considerar mi mejor amigo.

Hacía frío, así que solo me coloqué unos jeans ajustados negros, un top blanco de manga larga y llevaría mi bleizer negro. Me coloqué un nuevo pircing que había comprado hace poco, solo era una bolita en color durazno, similar al rosa que usaba casi siempre. Terminé de calzarme unas zapatillas deportivas blancas y bajé a brincos las escaleras.

—¡Bella, ya me voy! —Grité desde el marco de la puerta.

Ella no se movió, se hallaba sentada en la estancia con el televisor apagado. Suspiré con pesadez y solo salí, justo a tiempo para notar como la ban de Ty se detenía frente a mi casa.