the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 4

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—¿Por qué estás tan nerviosa? —Curioseé, en tanto me comía una porción de cereal que llevaba de postre para el almuerzo. Bella no dejaba de golpetear el volante, tan inquieta que ya hasta podía haber hecho algún beat para una canción si la hubiese grabado.

—Eh, por nada —aseguró, relamiéndose los labios.

—Uy, que mala mentirosa. ¿Qué planeas para hoy, mi estimada hermana? —Canturré. Ella suspiró con pesadez, viéndose envalentonada, como un bebé gatito que se estaba haciendo el valiente.

—Voy a enfrentarlo. Enfrentaré a Edward. No puede tratarme así sin tener una razón que lo justifique —determinó.

—¡Eso, hormiga! —Grité alterada y alegre, saltándole encima para sacudirla con cuidado; no quería que tuviéramos un accidente vial—, creí que tendría que hacer todo el trabajo sucio yo sola.

—¿De qué hablas?

—La única que puede molestarte soy yo, hormiguita. Eduardo debe aprender a comportarse —alegué, mostrándole mis pequeños puños.

—Gracias por tu ayuda, saltamontes —jugueteó.

—Grillo, por favor, gri-llo.

Al llegar a la escuela, los saludos de los chicos me animaron a acercarme a ellos. Miré a Bella, que se enfrascó en uno de sus libros junto a sus auriculares. Me instó a ir y sonriendo radiante, agradecí en silencio antes de acercarme.

No solía hacer amigos, me era difícil, así que el hecho de que ellos me aceptaran e invitaran a pasar el rato en su compañía me alegraba y llenaba de alivio por montones.

—¡Buenos días! —Saludé, emocionada y al mismo tiempo inquieta por ver llegar a los Cullen.

—Buenos días —respondió con gentileza Angela.

—¿Buenos días? ¿Qué tenemos? ¿Ochenta años? —Vociferó Jessica. No supe como tomarme eso, había cierto toque burlón pero al mismo tiempo, no parecía tener malas intenciones. No le tomé importancia, y acepté el dulce de regaliz que Tyler me tendió.

No me esperaba que le lanzara uno a Bella.

Salté en mi posición como si me hubiera pegado a mí. Le miré mal, sin importarme si era nueva en su grupo y no entendía como se llevaban, pero por eso mismo, no creía que debían de tratar a mi hermana así.

Tal parecía, que no fui la única, tanto Mike como Eric le reprocharon, en tanto yo fui a donde ella estaba, notando como los relucientes vehículos de los Cullen llegaban.

Admiré como llegaba el Jeep del cual sobresalía al que reconocí como Emmett, así mismo, esperé con paciencia a Edward, más nunca apareció.

Sin embargo...