the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 4 4

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En mi inconsciencia, solo hubo nada.

No pude respirar, ni ver, ni sentir. Fue la ausencia del todo. Era estar zambullida en una abismal oscuridad.

Mi cerebro ni siquiera procesó algo. En mi cabeza mi vida no pasó frente a mí. Fue rápido, caí en las fauces de un bloqueo que me obligó a quedarme allí, pendiendo en un hilo frágil entre la vida y la muerte.

Nunca me detuve a pensar en cómo sería la forma en que partiría de este mundo. Siempre creí que cuando moriría iba a ser de vieja, tras una serie de aventuras y sueños cumplidos.

Me había equivocado. El dolor fue mi compañero durante los últimos meses... y en ese instante en que mi cuerpo se hallaba en las profundidades del mar me había soltado.

Naufragué en las ondas de la nada. La ausencia del sonido y del espacio fue lo que se extendió frente a mí.

Quizá eso era una señal, un indicio de que aún no era mi momento para partir.

El pecho me ardía y apenas el aire podía entrar por mis pulmones. En mis oídos algo zumbaba en un timbre agudo además de que mis músculos se sentían agarrotados, todavía esa impresión de encontrarme en el agua instaurado en ellos.

En la cara tenía algo liquido escurriendo por mi boca. El frío me hizo temblar casi de inmediato y tuve que parpadear en reiteradas ocasiones ara acostumbrarme a la luz.

El cielo grisáceo se extendió con brillantes frente a mi campo visual. Era bellísimo; divisar las líneas de las nubes pesadas y preparadas para diluviar fue adorable y esperanzador.

—January, January responde por favor —pidió con angustia y desesperación Jacob, mientras Bella lloraba tras él. Los vi borrosos por unos instantes en los que tuve que entrecerrar los párpados para poder detallarlos mejor, hasta que lo conseguí. Jake tenía el pelo pegado a la frente y escurría de agua. No llevaba camiseta, cosa que ya no me sorprendió considerando que era un hombre lobo— ¿cuántos dedos ves?

—Dos —susurré, intentando ponerme de pie. Todo me dolía de forma horrible y fui consciente del tembloreo de mi anatomía. No tenía puesto mi suéter, solo estaba con mi holgada playera y mis jeans. Hasta los zapatos me sacaron.

Ella se apresuró a ayudarme con cuidado. Me quitó el cabello que se me pegó, en tanto Sam indicaba que nos llevara a ambas a casa ya que iría con los Clearwater.

Curiosa arrugué las cejas y la miré, buscando respuestas.

—Charlie está con ellos —informó, sin terminar de decirme de verdad todo lo que yo requería.

—Harry Clearwater tuvo un infarto —masculló el moreno con suavidad. Creo que me puse más pálida de lo que ya cuando lo escuché. No éramos cercanos, pero el señor me agradaba; era una de las mejores amistades de papá y yo me ponía feliz con eso.