the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 4 6

⋆⋅⋅⋅⊱∘────── [ இ ] ──────∘⊰⋅⋅⋅⋆

Estar allí en los muros de mi alcoba con su compañía se sentía reconfortante. Esperé a que fuese él el que estuviese influyendo en mis emociones, pero no, eran mías. Sonreí al ver que siguió respetando nuestro acuerdo, lo mucho que yo ansiaba sentir por mí misma.

—No sé ni por dónde empezar —murmuró inseguro, acomodándose de cuclillas frente a mí. Tomó mis manos con confianza, lastimando mi corazón; detestaba reconocerlo, que todo se sintiese tan bien.

—¿Por qué no empiezas por el inicio? ¿No sería más fácil? —Propuse. Pareció sopesarlo y me miró con dulzura, acariciando el dorso de mi mano.

Confíe en mí; puse todo de mi corazón y mente para no ceder tan fácil.

Terminó asintiendo conforme y empezó con su relato, confesándome lo que hizo apenas se fue de Forks.

Viajó a Texas y tal como yo creí, visitó el lugar en que Genevieve O'Donell descansaba. Por primera vez, habló sobre ella, quién fue en su vida y lo mucho que alguna vez sintió por ella.

Mi corazón se estrujó cuando confesó sus sueños y metas con ella que se vieron interrumpidos por su transformación a una creatura inmortal a causa de María. Aunque quiso buscarla, debido a su condición y su alimentación, prefirió mantenerse lejos para no dañarla... aunque al final eso no importó.

Me contó acongojado el hecho de que la vio ser asesinada frente a sus ojos por los neófitos del ejército de la vampiro latina. Entendí que en otra vida, fue el amor de su vida y que estaba condenado a vivir con su terrible recuerdo por el resto de sus días, cómo llegó demasiado tarde y no pudo salvarla de un destino y un final terrible como el que tuvo.

Algo de celos subieron por mi pecho, pero no podía permitir que emociones así se generaran porque él las sentiría, además, no tenían sentido. Era comprensible el hecho de que le doliese y de igual forma me era imposible pensar que no se enamoró antes. Lo acepté, manteniendo la mente abierta a sus palabras.

—Estuve vagando por mucho tiempo. Era un nómada perdido. Traté de no matar a nadie, pero cuando llegaba el momento, podía sentirlo... su miedo —farfulló, sin poderme ver. Le tembló la voz y soltó mis manos, como si sostenerme le quemase—. Alice me encontró en un restaurante en 1948. Ella se acercó dando un brinco y me tendió la mano. Sentí esperanza por primera vez después de mucho tiempo, January. Por primera vez en mi inmortal vida estuve optimista —susurró.

»Sin embargo, nada pudo borrar el dolor que me generó lo ocurrido con Vi. Me culpé por dejar que le pasara aquello durante más de un siglo hasta que llegué a tocar un punto en que creí que jamás podría volver a sentirme bien... en que la muerte sería mi única oportunidad para ponerle fin al dolor... hasta que te conocí, January —concretó.