the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 9

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Conducir no era algo que me gustase del todo. Papá me había intentado enseñar desde que pude alcanzar los pedales, ya hace varios años y después Phil siguió enseñándome hasta que lo perfeccioné y dominé por entero.

A Bella sí le gustaba, no sabía porqué pero así era y a mí no. Me inquietaba. Era bastante miedosa así que me daba temor el hecho de terminar causando algún accidente vial.

De todas formas, prefería hacerlo que dejar que ella lo hiciera ahora que descubrí su estado actual de salud mental, aunque las dudas se acrecentrasen también en mi cabeza ya que, eso explicaría un poco la abolladura en nuestro vehículo y el tremendo golpe en la camioneta de Tyler.

Pero siquiera pensarlo se me hacía demente. Un chico de diecisiete años no podía hacer algo como eso. Era física y literalmente imposible.

Mi hermana iba silenciosa en su asiento, enfadada conmigo. No podía reclamarle nada y entendía su mal humor ya que, a pesar de que le dije que le creía, se notaba a leguas que no era así y que le mentía, por lo que no me hablaba ni me miraba siquiera un poco.

Ignoré la tensión que emanaba. Quería decirle que confiaba en ella, pero no encontraba explicación alguna para que alguien como Edward Cullen hubiera conseguido hacer que un vehículo a alta velocidad se detuviera.

Yo solo agradecía que no le hubiera pasado nada. Eso era lo único que me importaba.

Cuando llegamos a las instalaciones del plantel educativo, me tendió su permiso firmado por papá para que lo llevara a donde el profesor Molina los estaba recogiendo. Yo no compartía clase de biología con ella, pero llevarían a todos los grupos de nuestro curso para que se hiciera una sola expedición al invernadero.

Lo tomé, observándola bajar enfadada. Bufé, algo cansada de su actitud, sin embargo, supongo que el hecho de que no le hubiese creído algo tan serio como lo que dijo, puede ocasionar algo así.

Es que, yo no podía creerlo así como así, ¡necesitaba explicaciones para poder afirmarlo!

Caminé cabizbaja a donde el maestro, quien al estar ocupado no me hizo ninguna cuestión y solo tomó los papeles.

—¡Hey! —Me saludó Eric, llegando sonriente hasta donde yo estaba. Me cercioré primero de que Tyler no estuviera por ningún lugar y por suerte, así fue— ¿dónde te habías metido? Ayer no te vi hasta que pasó lo de Bella.

—Uh, sí yo estaba... estaba —balbuceé, más desconcentrada que de costumbre— ¿dónde estaba?

—No lo sé, dímelo tú —bromeó. Volqueé los ojos siguiéndolo hasta que nos unimos a Angela y Jessica, que miraba disimuladamente a Bella y a Mike charlar junto a la pickup.

Me subí sin asomarme mucho a uno de los autobuses. Me sentía mal por esta discusión con Bella, sin saber si de verdad yo era la que estaba mal o ella.