the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 5 0

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La voz de Taylor Swift invadió mis tímpanos con armonía. Papá acababa de regalarme un nuevo teléfono celular lo cuál me venía de maravilla. Solía colocarme los auriculares y escuchar repetidamente sus dos álbumes mientras hacia tarea o escribía; me inspiraba y me impulsaba a continuar con la historia de aquella chica con poderes y alas con un extremo fanatismo por las caricaturas y el Club Winx.

Admiré con disimulo el bote de cerveza que papá tenía frente a él. Me tentó la idea de estirar la mano y robar un trago, decirle que no pasaría nada, que no me haría daño alguno; él no tendría idea alguna de lo que aquello en realidad significaba para mí.

Sacudí la cabeza, tratando de quitarme esa clase de pensamientos. Era tentador y me pícaban los dedos, era un cosquilleo que me impulsaba a tomar la bebida.

Entonces sacudió el periódico en su mano, llamando mi atención. Llevaba una expresión de preocupación. Los asesinatos y las desapariciones no se habían detenido e incluso incrementaron; lo había escuchado en ocasiones hablar por teléfono sobre un nuevo caso, algún reporte o parecido y por más que tratara de ocultármelo, no podía.

Ambos nos asomamos cuando la puerta sonó. Sonreí burlona y continué con mis garabatos en tanto me quitaba los audífonos. Continuaría escuchando por la noche Forever and Always.

—Son exactamente las cuatro —papá pronunció, mientras que Bella se acomodaba a su lado en el sofá. Yo me encontraba en el suelo junto a la mesita de centro; me resultaba más cómodo trabajar en esa posición— ¿el chico quiere quedar bien conmigo o algo? —Añadió.

Yo lo entendía, su mal humor y desagrado por el novio de mi hermana. Conmigo había sido más fácil porque desde un principio yo le había dicho que Jasper y yo decidimos terminar por cuestiones personales, pero que seguiríamos siendo amigos. Hasta hace apenas un mes le confesé sobre mis problemas con la depresión y parecido, generados por mi baja autoestima y situaciones en las que me vi implicada por mi falta de cuidado, así que Hale no tenía nada que ver en lo absoluto con todo eso.

Le costó aceptar que volviéramos, mas terminó increíblemente satisfecho al ver lo mucho que me impulsaba a salir adelante.

—Él tiene un nombre, ¿ahora te parece muy puntual? —Farfulló, tratando de mostrarse juguetona, mas no le salió en lo absoluto.

—Oye —bramé, enfadada.

Nuestra relación no era muy buena. Se enteró de la discusión que tuve con su novio y me recriminó por haberlo hecho, diciéndome que era algo que estaba fuera de mí y que no era de mi incumbencia. Aquello me enfadó, tanto que terminé diciéndole que tenía toda la razón del mundo y que no quería saber nada más ni de ella, ni de él y de su enfermizo noviazgo.