the 1 (Jasper Hale)

C h a p t e r 1 7

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Bella llegó unas pocas horas antes de que papá lo hiciera. Su rostro denotaba lo bien que lo había pasado ese día, cosa que me alegraba, sobre todo por la parte en que físicamente estaba bien.

—Hola —saludé, y es que iba tan enfrascada en lo suyo que no me vio sentada en el suelo de la estancia junto a la mesita de centro escribiendo. Ella se regresó, algo sorprendida, pero termino sonriendo con timidez, acercándose a donde yo estaba.

—January, ¿qué haces allí? —Indagó con curiosidad y diversión, demasiado de buen humor. Notarlo me hizo sonreír, porque aunque la conocía y tenía facilidad para ver cómo se sentía la mayor parte del tiempo, en ese instante era visible para todo el mundo.

—Nada —mentí sonriente, dejando a un lado mi pluma para acto seguido cerrar mi cuaderno, similando que no tenía importancia cuando en realidad para mí representaba mi vida entera—; veo que te fue bien. ¿A qué llegaron Edward y tú? —Curioseé, acomodándome para poder cotorrear bien. Mi hermana se relamió los labios, inquieta, antes de sonreír.

—Estamos juntos. No sé cómo, pero lo estamos —dijo, un tono de emoción escondido por allí en su timbre bajo y sutil— lo enfrenté y aunque fue un poco difícil de hacer que entendiera que no me importaba... mi afecto por él es más grande que eso. Y lo entendió —dijo con la tranquilidad que a ella le caracterizaba, poniéndose más tímida que nunca al mencionar lo último.

Yo en su lugar, estaría gritando como loca.

—También me dijo que Jasper quería venir, ¿lo hizo? —Curioseó. A primera instancia, sonreí como boba al pensar en su compañía, que aunque resultó un poco efímera también fue reconfortante para saber cómo manejaríamos las cosas... porque yo le hacía bien y mal... pero él solo me traía felicidad.

Sin embargo pronto caí en cuenta de algo.

—¿Jasper quería venir? —Pregunté con duda. Ella asintió, algo extrañada por mi pregunta- dijo que Alice le había recomendado hacerlo.

—Uhm, no. Alice iba a ser la que vendría —farfulló, acomodándose en el suelo al otro lado de la mesita. Se relamió los labios antes de continuar:— Edward mencionó que ella te lo diría o algo así, pero él insistió —contó arrugando un poco el entrecejo, desconociendo las cientos de cosas que me provocó en un instante.

Me quedé sopesando aquello, sin tener idea alguna cómo sentirme, sin entender muy bien qué era lo que ganaría con eso. Era porque a final de cuentas ¿en verdad le interesaba despedirse de mí?

Él dijo que se iría.

Muchas cosas me atravesaron en la mente en cuestión de un segundo. Bella me miró con curiosidad, y nos quedamos así, calladas, mirándonos fijamente, silenciosas y con una tensión tirante... antes de empezarnos a reír.