Me levanté de la mesa y metí mi mano en el bolsillo de la camisa de Alex y saqué un cigarrillo, lo iba a necesitar si íbamos a hablar de esto.
Me senté otra vez en mi sitio y me ofreció fuego. Lo encendí y le di un par de caladas hasta que volvimos al juego.-¿Por qué? -Dijo él con la voz entrecortada.
-Porque necesitaba ser así si quería seguir viva.
-¿Quién te hizo esto?
-Ahora me toca a mí. -Dije vacilante. -¿Qué pasó con vuestro hijo?
Se que estaba jugando con fuego y que de un momento a otro me iba a quemar, pero no me importaba.
-No tuvimos ningún hijo.
-¿Qué pasó con Rachel?
-No deberías venir con nosotros.
-¿Qué?
-El Viernes. No quiero que te pase nada.
-No va a pasarme nada.
Entonces comprendí que ya había llegado demasiado lejos por hoy, así que le acaricié la mano y entrelazamos nuestros dedos. Él me miró la muñeca fijamente y rápidamente quitó su mano de la mía.
-Estoy bien.
-No, no lo estas. Vamos a algún hospital.
-Estoy bien, de verdad.
-Pues si tú lo estas, yo no. Nunca antes había hecho esto a nadie. No sabes lo difícil que es para mí esto.
Me levanté y le envolví con mis brazos.
-Déjame arreglarlo.
Le susurré en la oreja mientras le mordía el lóbulo.
-No hagas, esto, no ahora...
Dijo casi en un susurro.
-Shhh...
Dije mientras le ponía sus manos sobre mi cintura y me ponía de puntitas para besarle. A medida que el beso iba creciendo yo le sujetaba las manos y hacia que bajasen más y más hasta llegar al final de mis shorts, yo entrelazaba mis dedos entre sus rizos y notaba cómo su sonrisa se iba formando entre nuestros labios. Su boca descendió hasta mi cuello, ansiosa, me besó sin dejar ni un solo trozo de piel sin cubrir por sus labios. Acercaba mi cintura más a la suya hasta que me agarré a él con mis piernas y me iba frotando poco a poco, por cómo reaccionaba sabía que eso le volvía loco. Me tumbó en la cama besándome mientras yo me bajaba los shorts lentamente y él ponía sus manos sobre mi cuerpo. Yo temblaba ya que no sabía qué hacer, pero mi cuerpo reaccionaba ante él antes de poder siquiera pensar, mis caderas se movían hacia delante y hacia detrás cada vez más rápido encima de las suyas. Su lengua jugueteaba con la mía mientras exploraba toda mi boca, me mordió el labio y yo dejé soltar un gemido, el sonrió ante mi reacción y poco a poco fue deslizando sus largos dedos por mi cuerpo, acariciando lentamente todas sus partes, hasta llegar a mis bragas, me acariciaba lentamente por encima y sonreía cada vez que notaba lo húmeda que estaba y como mis caderas subían y bajaban deseando con su tacto, ser penetradas, dejó de besarme y me miraba fijamente mientras me quitaba el sujetador y bajaba para succionar lentamente uno de mis pezones, lo chupaba y lo mordía, me volvía loca de placer. Después fue paseando su lengua sobre mi vientre tan lentamente que era una placentera tortura a la que podría acostumbrarme.
-Alex... -Dije en un gemido. Mientras él acariciaba mis bragas.
-Estás tan húmeda nena... -Dijo separando su boca de uno de mis pechos.
Me levanté y me puse encima de él y mis caderas comenzaron a moverse como locas cuando notaron su erección, le desabotoné la camisa rápidamente mientras le besaba y paseaba mis dedos sobre su pecho. Él me miraba maravillado mientras ponía sus manos sobre mis caderas para moverme más rápido.-Alex... -Solté un gemido más alto con su nombre cuando sentí como su erección crecía cada vez más bajo mis bragas.
-Dime, nena.
-Fóllame.
Dije casi sin aliento.
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//por ti, por mí// matty healy
RomanceUna historia en la que mentiras, verdades, dolor y pasión se abren paso a la vida de una adolescente normal y corriente cuando conoce a "Alex". Prohibida su copia o adaptación.