Eran las doce y media de la noche, todos estábamos listos, Alex seguía sin querer que fuese con ellos, pero le ignoré. Caminamos hasta la van de Jack, para mi sorpresa, ahí estaban también George y los demás chicos de la banda.
-Hola. -Dije agachando la cabeza para entrar.
-Hey, preciosa. -Me saludó George. -Hola. -Dijeron los demás al unísono.
-Sigo pensando que no es buena idea, aún estás a tiempo de irte... -Me dijo Alex.
-No me voy sin ti a ninguna parte.
-Leila, no lo entiendes, tengo que... -Sonó su teléfono y activó el altavoz. Era Pierre.
-La van llegará ahí en cinco minutos, se parará tras unos árboles a unos cuantos metros de ahí, Alice nada más llegue tienes que bajar y ir a la gasolinera, Jack te dará un teléfono, cuando todo esté despejado llamarás, sólo ahí entrará Jack, Alex entrará por la parte de detrás, nadie le verá. ¿Estáis todos listos?
Tragué intentando bajar el nudo de mi garganta, Alex me abrazó y me besó la frente.
-Lo estamos. -Dije anticipandome a los demás.
La van se paró a unos quince o veinte metros de la puerta, bajé y caminé rápidamente hacia la gasolinera. Al entrar encontré a una anciana comprando leche y a un par de camioneros comprando cerveza. Me paseé por toda la tienda para ver si había alguien más, pero no, no había nadie. Fingí estar buscando algo, y cuando todos salieron marqué el número y pulsé la tecla. Me acerqué al mostrador y comencé a mirar la distinta variedad de chocolates y flores que había cerca de una nevera. Parecían ser del san valentín pasado.
-Yo le recomiendo el negro, el chocolate negro es el más sabroso y fuerte. -Me dijo el hombre de mediana edad detrás del mostrador.
Le sonreí y asentí, cogí uno y un par de lacasitos y al ir a pagarlos el hombre sacó una flor que me dió con una sonrisa.
-Una chica tan bonita no debería estar sola por aquí a estas horas, ¿desea llamar a alguien para que la acompañe?, si quiere puedo dejarle mi teléfono.
-Es usted muy amable, pero no hace...
No pude acabar la frase y Jack ya estaba dentro. Se me cayó todo de las manos del susto. El hombre parecía más asustado que yo, levantó las manos y se quedó mirándole. Jack me agarró del brazo mientras me apuntaba a la cabeza y me dirigió detrás del mostrador junto a aquel hombre, me tiró tan bruscamente al suelo que me hice daño.
-Por favor, le daré todo lo que quiera, pero no le haga daño. -Gritó en un sollozo el cajero.
-¡Va a darme todo su puto dinero!, ¿me oye maldito cabrón? -Gritó Jack desde la capucha que le tapaba la cara.
El hombre asintió y comenzó a meterlo todo en una bolsa.
Jack seguía apuntándome.
-¡Dese prisa, hijo de puta, y como se le ocurra llamar a la policía o hacerse el valiente, le juro que le reviento la cabeza a esta zorra! -Jack disparó y a mi lado se rompieron un par de botellas. Grité del susto y el cajero intentó pulsar el botón para avisar a la policía. Le quité la mano y le miré negando en silencio el asintió y me apretó la mano.
Pasaron diez minutos y Jack me cogío otra vez del brazo y me sacó de ahí.
Lo último que recuerdo es ver cómo el cajero sacaba un arma e intentaba dispararnos, oí tres disparos, pero no recuerdo a nadie herido, los ojos de Jack mirándome como si nada hubiese pasado y después negro, todo negro.
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//por ti, por mí// matty healy
RomanceUna historia en la que mentiras, verdades, dolor y pasión se abren paso a la vida de una adolescente normal y corriente cuando conoce a "Alex". Prohibida su copia o adaptación.