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Alice tenía la mirada perdida cuando llegamos al hotel, no hablaba y lo único que hacía era asentir a todo lo que le decía. Entramos y ella seguía sujetandome la mano. Los recepcionistas nos miraron con asombro, creo que pensaron que eramos hermanos o algo por el estilo y esto les habrá parecido raro. Subimos a la habitación y al entrar Alice sentó en un rincón de su cama mirando a la nada. Me acerqué a ella y me di cuenta de que tenía los ojos más claros ahora, es irónico, pero es verdad que el arte y la belleza salen de la tristeza, ella era el claro ejemplo, con sus ojos castaños claros, tanto que se confundían con un verde  oscuro, su nariz roja y sus labios sonrosados. Le acaricié la mejilla y ella hizo un ademán rechazando mi tacto, se giró y me dió la espalda. Me giré otra vez para tenerla cara a cara. Tenia los ojos llorosos pero no caían lágrimas de ellos.

-No voy a hacerte daño.

Dije sin obtener respuesta.

-¿Quieres agua?

Asintió y me encaminé hacia la pequeña nevera de la habitación, cuando me giré dos lágrimas caían sobre sus mejillas, ella las limpió rápidamente y yo fingí no verlas.

Me senté a su lado mientras abría la botella y se la daba. Ella bebió dos tragos y se giró tapándose con las sábanas.

-¿Por qué no me hablas?

Seguí sin obtener respuesta. Me tumbe a su lado y ella volvió a girarse. No quería tenerme en frente de ella.

-Dime algo...

Nada.

-No quería que esto acabase así, no quiero hacerte daño.

Pensé que no respondería así que me levanté y me dirigí a mi cama.

-Lo sé. -Dijo entre susurros.

-Entonces, ¿por qué me evitas?

Se giró para mirarme, aún tenía los ojos llorosos y me miraba con miedo.

-Porque no quiero hacerte daño.

Dijo finalmente. Lo dijo en un tono tan seco...

-No vas a hacerme daño.

-Sí, lo haré. Y ahora por favor, ¿podrías salir de la habitación y dejarme un momento sola?, no quiero que sigas viendo lo débil que soy y mucho menos que tengas lastima de mí. Porque no lo soy.

Dijo con una firmeza que en cierto modo me hirió un poco.

Asentí y cuando iba a salir de la habitación dije:

-Sé que no lo eres.

Caminé hasta un bar cerca del hotel y me pedí un par de chupitos de tequila mientras pensaba en todo lo que acababa de ocurrir.

"¿por qué se comporta así conmigo?, no quiero hacerla daño, pero me he dado cuenta de que ella sí puede herirme a mí, su comentario lo hizo... ¿Qué tendrá que haberla pasado para ser así de fría?, es tan extraña..."

Decidí que cuando saliese de ahí iría al hotel y la preguntaría todo lo que se me pasase por la cabeza, pero por alguna razón sabía que no ella no me respondería a la mitad de las cosas. Aún no entendía porqué era así, pero me daba igual, quería estar a su lado y protegerla y no me importaba lo demás.

De repente sonó mi móvil sacándome de mi trance y era un mensaje suyo.

"¿Cuando vas a volver?, tengo hambre y me gustaría que comiesemos juntos."

Me levanté y pagué las bebidas. En menos de cinco minutos estaba ya en las puertas del hotel cuando la vi bajando las escaleras.

-¿Te ibas sin mí?

-No, sólo he bajado a esperarte.

Llevaba puesto un vestido turquesa y unos tacones negros a juego con su bolso, se había maquillado y se había arreglado el pelo, pero aún así seguía teniendo los ojos algo rojos e inchados, había estado llorando, y ahora estaba deslumbrante, parecía como si las últimas dos horas no hubiesen pasado y como si aquella imagen de ella tirada llorando entre sus sábanas fuese fruto de mi imaginación. Me sonreía y me agarraba del brazo comentándome a la de sitios a los que le gustaría ir a comer, yo seguía algo aturdido, no me esperaba este cambio tan repentino.

-¿Me estás escuchando? -Dijo parándose a mirarme.

-Sí, claro, a donde quieras. ¿Cojemos un taxi?

Asintió y se paró mientras yo iba a buscar uno.

Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo, seguía intentando saber si las dos últimas horas eran reales o me las imaginé. De todos modos, decidí ignorar a mis pensamientos y cuando cogí un taxi me dirigí al puesto de fruta donde la había dejado. Ella seguía ahí de pie con una sonrisa enorme en los labios y mirando a su al rededor. Me tenía tan confundido.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora