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Me senté a su lado, pensando que así me miraría o por lo menos me diría algo.

Pasaron varios minutos, ella seguía con la cara escondida entre sus piernas y tiritando.
Me quité la chaqueta y se la puse por encima.

Levantó la cabeza y me miró.

-¿Por... ¿Por qué... ¿Por qué te ha llamado Matty...? -Dijo titubeando.

-Leila, lo siento, esto no debería haber pasado...

-¿El qué?

-No deberías haberme esperado esa noche.


Sus ojos se llenaron de lágrimas.


-No deberías haber venido. -Dijo limpiándose las lágrimas.

-Tengo que contarte algo.


-¿Qué haces aquí?, ¿cómo me has encontrado?, estás con él, ¿verdad?


-¿Qué?, ¿con quién? -dije confundido.


-Responde.

-Te he estado buscando...

-¿En serio? -Miró al cielo y soltó una carcajada.

-¿Y dónde estabas cuando estaba sola en el hospital, en un país desconocido, sin nadie a quien acudir?


-Me pediste que me marchara...


-Y la peor parte es que lo hiciste. -dijo limpiándose una lágrima que estaba a punto de florecer.

-Escucha, sé qué no debí hacerlo, pero en ese momento era mejor dejarte sola, eres hielo y yo ardo, supongo que nunca aprenderé.

-No sabes lo que hubiese dado por verte aparecer estrellando las puertas azules de ese antro, con tus jeans rotos, tu pelo alborotado, los ojos hinchados y un cigarillo en tus labios... Pero no lo hiciste, ¿por qué lo ibas a hacer?, pero te esperé...


-Lo siento... -Dije con la voz rota.


-Palabras.


-De verdad lo siento, joder Leila, ¿qué quieres que diga?


-No me buscaste, ¿qué haces aquí ahora?, ¿en serio crees que voy a irme contigo?, ¿después de todo esto?, joder, lo entiendo, no somos pareja, pero no deberías haberme dejado sola... No deberías haberme convencido de irme contigo.


-No... No lo sé... Pero por favor, vuelve conmigo... -dije sintiendo cómo mi cabeza explotaba de mil formas distintas.

-¿Por qué?


-Porque te necesito.


-Yo también te necesitaba, te necesité, no te necesito. -Dijo clavando su pupila en la mía.

-Por favor... Sólo.. Vuelve, ¿sí?

-Dame una razón.


-Te... Te quiero.

Levantó la cabeza incrédula y vi cómo una sonrisa de burla asomaba en su cara segundos antes de que explotase de la risa, mi corazón latía demasiado rápido y mis ojos ardían, ella... Ella reía.


-¿En serio crees que esa es razón suficiente?

Miré al suelo sin saber qué decir.

-Cuéntame la verdad.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora