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Narra Leila.

Llegamos a la fiesta un poco más tarde que los demás invitados.
Nada más entrar, un montón de personas se acercaban a saludar a Thomas, él me presentó a unos cuantos como su novia. Caminamos hasta una de las mesas, Thomas me indicó que me sentase mientras él iba a por unas bebidas.
Miré a mi al rededor y no había ni una sola cara conocida.

Thomas volvió con las bebidas y se sentó a mi lado.

-¿Te estás divirtiendo? -Preguntó mientras bebía de su vaso.

Asentí.

El sitio era grande, había incluso una pista de baile, una barra y un escenario donde cantaba una chica con el pelo rojízo.

-¿Quieres bailar? -Dijo él mientras se levantaba y me tendía la mano.

Me levanté, le cogí de la mano y me dirigió al compás de la música.
Bailamos pegados y notaba su respiración en mi cuello, me besó y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ya no me gustaba que me tocara. Él puso sus manos sobre mi cadera y intentó besarme, pero me aparté.

-Si es por lo de antes, ya hemos hablado de ello, no volveré a hacerte daño, y si no quieres que te toque me iré a hablar con unos amigos hasta que estés más agusto... -Dijo en voz baja.

Me aparté de él y volví a la mesa. Mi vaso ya no estaba así que decidí coger otra bebida, me dirigí a la barra y esperé mi turno.

-¿Qué va a tomar la señorita? -Me dijo un amable camarero.

-Tequila. -Le contesté con una sonrisa.

Asintió y se giró a preparar mi bebida. Me la entregó y me fuí a dar una vuelta. No quería estar en ese sitio. Vi a Thomas a lo lejos hablando con un par de hombres, no me prestaba atención, así que decidí salir al jardín.
En el jardín habían puesto una carpa enorme con un montón de luces colgadas al rededor y sillas.
Me senté en una de esas sillas a tomarme mi bebida cuando vi entrar a una rubia que conocía. Era la chica del baño, la ex de Alex, Rachel.
Me acerqué a ella.

-¿Rachel? -Dije llamando su atención.

-¿Qué haces aquí? -Dijo ella guardando su móvil, bien, al menos me recordaba.

-He venido con...

-Con Alex, ¿no? -Me cortó ella.

-No, he venido con mi novio. -Dije asombrándola.

-¿No estás con Alex? -Dijo ella con los ojos abiertos.

-Nunca he estado con él. -La respondí.

-¿De verdad?

-De verdad. ¿Tú cómo estás?

-Bien, supongo.

-Me alegro.

-Gracias.

-Oye, ¿puedo preguntarte algo?

-Claro.

-¿Qué te hizo Alex? 

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su cara se puso roja de rabia. Salió corriendo de ahí y la seguí.

-¡Rachel!, ¡Rachel! -Grité detrás de ella.

Iba a subir las escaleras para seguirla cuando noté una mano sujetándome del brazo.

-¿A dónde vas?, ¿quién es esa? -Dijo Thomas detrás de mí.

-Una antigua amiga, necesito hablar con ella. -Dije soltándome.

-Tenemos que irnos a casa, ya hablarás con ella otro día. -Dijo él mientras me arrastraba a la salida.

Nos subimos al coche y dejamos la casa atrás.

-¿Por qué has hecho eso? -Dije sin quitar la vista del frente.

-Porque teníamos que irnos. -Contestó.

-No me mientas.

Suspiró y pareció dudar.

-Porque Rachel fue una antigua novia mía y no quería que te confundiese.

Vaya, parece que Rachel siempre iba un paso delante de mí respecto a los chicos.

-Ah, vale. -Contesté.

Llegamos a su casa y él me siguió hasta el salón.
Se sentó a mi lado y puso mi cabeza en su hombro, me besó los nudillos mientras jugaba con mi pelo.

-¿Cómo puedo demostrarte que lo de esta tarde no va a volver a pasar?, quiero que confíes en mí, nunca te haría daño. -Dijo mientras se quitaba la corbata con una sola mano mientras con la otra seguía acariciandome el pelo.

-No importa. -Dije en un susurro.

Se levantó y busco algo en los cajones de la cocina. Volvió al sofá y apartó mi pelo mientras desataba parte de mi vestido para después echarme una crema extraña sobre el moratón.

-Listo. -Dijo mientras cogía mi cara entre sus manos y me besaba la frente.

-Gracias. -Contesté.

Me levanté y me dirigí a mi habitación, me quité la ropa, me puse un pijama y Thomas entró.

-Ven aquí. -Dijo.

Me acerqué y me besó.

-Que duermas bien. -Me dijo mientras salía y cerraba la puerta.

Al día siguiente, nada más despertarme oí una voz de mujer en la parte de abajo, bajé las escaleras aún en pijama y escuché parte de su conversación.

-Madre, iré después del fin de semana, antes no puedo ir. -Dijo Thomas.

-Thomas, soy tu madre, y necesito que vengas, es un evento muy importante para mí, ya lo sabes. -Dijo la que parecía ser su madre.

Bajé las escaleras y los ojos de la mujer se posaron en mi. Tenia el pelo negro y los mismos ojos verdes de Thomas.

-Buenos días. -Dije algo avergonzada.

-Buenos días, cariño. -Contestó Thomas. -Que bien que estés despierta, Leila, está es mi madre. -Nos presentó.

La mujer me dió dos besos.

-Puedes llamarme Victoria. Vaya Thomas, pensé que después de lo de Annie no salías con nadie, que grata sorpresa. -Dijo ella.

Thomas sacó un vaso más.

-Bueno, ahora tengo que irme, espero verte ahí, ah y seria de agrado que te trajeses a esta señorita y nos la presentases como es debido. -Dijo mientras le daba un beso a Thomas.

Salió por la puerta y Thomas me miró.

-Mi madre quiere que vayamos a un baile anual al cual va toda mi familia todos los años, ¿qué te parece? -Dijo dándome un beso.

-Me encantaría ir.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora