//por ti, por mí// matty healy

11: el avión.

Estaba a punto de cerrar la maleta cuando Steffy metió su blusa favorita, una foto de nosotras juntas de cuando teníamos dieciséis y un collar que no se quitaba nunca.

-¿Por qué me lo das?

-Porque quiero que esté contigo, así, a cualquier hora y en cualquier parte del mundo, yo también podré estar contigo.

Dijo mientras se le caían las lágrimas, era la primera vez que iba a pasar tanto tiempo lejos de ella, y ella y yo eramos inseparables desde secundaria.

-Te quiero. Mucho. Cuando vuelva te prometo que vamos a ese sitio de batidos que tanto te gusta, ¿vale?

Asintió mientras se limpiaba la cara y me abrazaba. Estaba siendo una despedida realmente dura.

Salí del hotel de inmediato y eché a caminar hasta que encontré un taxi el cual me llevó al puerto. "No tienes ni idea de lo que puede pasarte, no le conoces de nada, podría hacerte daño." Pensaba en cuanto más se acercaba el momento de bajar del taxi. La verdad es que nunca había hecho nada parecido ni había pensado en hacerlo, no diré que lo hago por amor, ni porqué tengo un gran espíritu aventurero, simplemente lo hacía porque veía algo en él, no sé  porqué, pero sabía que podía confiar en él.

Bajé del taxi, eran las 17:55 en cinco minutos estaría él aquí. Me puse a dar vueltas al rededor del puerto viendo como los pájaros volaban por en cima de las olas y sintiendo la brisa en mi pelo. Perdí la noción del tiempo y comencé a rebuscar algo que me había dejado Marina en el bolso, era un spray de pimienta, no sabía si reírme o preocuparme. Miré el reloj, eran las seis y cinco, me levanté corriendo y me dirigí al punto donde nos separamos, aún no había nadie.

Alguien me tapó los ojos con las manos, por su olor sabía que era él.

-¡Has venido! Creía que no vendrías, no sabes lo importante que es esto para mí. Ven, vamos.

Dijo mientras me arrastraba a un coche enorme de color negro.

-Aún no.

Dije soltándole la mano.

-¿Qué?

-Aún no quiero ir contigo, quiero que hablemos.

-Claro, ¿de qué quieres hablar?

-Tengo muchas cosas en la cabeza y quiero aclararme antes de hacer algo de lo que me arrepienta.

-Vale, vamos a tomar algo.

Entramos a un pequeño bar de carretera donde me sirvieron la hamburguesa más deliciosa del mundo, junto al chocolate caliente más dulce. Estaba todo buenísimo.

-¿Qué querías decirme?

-No lo sé... ¿Por qué he aceptado irme contigo?, ni si quiera te conozco, ¿por qué quieres irte conmigo?, ¿a dónde vamos?, ¿qué haremos cuando nos quedemos sin dinero?, ¿y si me conoces y dejo de gustarte? Son muchas cosas las que no entiendo y la más importante de ellas es por qué estoy haciendo esto...

-Sabes, dicen que no importa de cuanto tiempo conozcas a alguien, que lo que importan son los hechos, y que hay personas que conoces desde hace diez años que nunca te harán sentir como alguien que conoces de un par de meses, y así me siento yo contigo, yo tampoco entiendo por qué hago esto, ni por qué te lo propuse, pensé que no aparecerías, que pensarías que estoy loco, pero ahora estás aquí y es lo único que importa.

Dijo mirándome a los ojos.

Acabamos de comer cuando nos metimos en el coche fue un largo viaje en carretera hasta llegar a un enorme y lujoso hotel en mitad de la ciudad.