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Narra Leila.

Abrí la puerta y me deslizé hasta las escaleras que me parecieron interminables, llegué a una sala repleta de gente charlando, chicas riéndo en voz alta y chicos intentando tener algo con ellas. Había una barra, así que me acerqué y me tomé un par de tequilas.
Iba por el segundo cuando noté los ojos verdes de un chico que me vigilaba desde la otra parte de la barra. Tenía los ojos de Thomas y la sonrisa de su madre, así que me arriesgué a suponer que era su hermano. Volví la vista a mi vaso intentando aclararme, tenía mucho en lo que pensar y esta noche Thomas me había dado aún más.

-¿Puedo invitarte a una copa? -Dijo él chico de los ojos verdes.

-Por poder, puedes. -Contesté sin mirarle.


Pidió dos copas y se sentó a mi lado.


-Me llamo Anthony, pero puedes llamarme Tony. -Dijo mientras bebía del vaso que acababa de ponerle uno de los camareros en frente.


-Bueno, ¿qué haces aquí? -Dijo.

-No lo sé, ¿y tú?, ¿no se supone que deberías estar en la cena que ha dado tu madre? -Dije mirándole fijamente.

-Vaya, parece que soy muy conocido por estos lugares, eh. -Dijo sonriendo. -Pero, ¿de qué puede conocerme una señorita que parece ser extranjera y con la que estoy seguro de no haberme encontrado nunca (porque sino me acordaría)?

-Soy la... Bueno, conozco a Thomas.

Su cara se puso pálida y me miró con los ojos abiertos.

-¿Qué?, ¿qué pasa? -Dije mientras el nerviosismo se apoderaba de mi cuerpo y mis dedos tamborileaban en la copa.


-¿Eres su novia?

-Sí. ¿Qué pasa?

Tragó saliva.


-Escúchame, no nos conocemos de nada, pero creo que habrás oído lo que pasó con su última novia, y si no lo has oído es porque mamá y su dinero han vuelto a hacerle el trabajo sucio a Thomas, ahora hazme caso, tienes que alejarte de él, lo más antes posible, te va a hacer daño.

Se me secó la garganta y bebí un largo trago de mi copa.


-¿Te refieres a... pegarme?

-¿Te ha pegado?

-No, bueno, fue un mal entendido...


Me agarró de los hombros y fijó sus ojos en los míos.

-Mira, voy a serte sincero, pegarte es lo menos que podría hacerte, tienes que alejarte de él.


-Pero... Vivo con él.


Sus ojos se volvieron oscuros y me miró con más pánico que al principio.

-Tienes que salir de ahí, ¿vale?, no puedo decirte porqué, pero algún día te lo diré, escucha si no tienes dinero, o necesitas un sitio donde quedarte, aquí tienes mi número. -Dijo mientras apuntaba unos números rápidamente y me extendía la servilleta. -Y en serio, lo que sea, no puedo dejar que vuelva a pasar y que mi madre vuelva a ocultar sus mierdas, tienes que salir de ahí.


Sonrió y miró hacia delante, Thomas se estaba acercando a nosotros, se me encogió el corazón y me temblaban las piernas.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora