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Puse la radio y sonó una canción de Taylor Swift y Leila comenzó a reírse a carcajadas la miré con detenimiento y comencé a reírme con ella, no sabía de qué estábamos riéndonos pero me daba gracia la forma en la que ella reía.

-Esa tía esta loca, la verdad es que es un desperdicio porque tiene buena voz, y es un poco patético que tenga que salir con gente y romper para poder escribir una canción decente. -Recalcó la palabra decente haciendo comillas con los dedos. Me reí.

-Sabes que ella y yo somos buenos amigos, ¿no? -Dije tratando de ponerla nerviosa.

-¿Y qué?, es la verdad, y como amigos suyo deberías saberlo. -Dijo sonriendo mientras miraba hacia la ventana.

La miré de reojo y puse mi mano sobre su muslo, comencé a acariciarla y ella se giró y me miró con detenimiento.

-Deja de hacer eso.

-¿Por qué? -Sonreí.

-Porque me estas poniendo caliente y no vamos a acabar teniendo sexo, así que mejor déjalo.

Me reí ante su comentario. Cuando llegamos a una especie de bosque me indicó que parará aquí y paramos debajo de unos árboles que daban como a un lago en el que se iluminaba la luna. Bajó del coche y la seguí hasta una de las rocas, se sentó y yo me senté detrás de ella dejándola entre mis piernas, apoyada en mi pecho, se giró y me miró fijamente.

-¿De verdad quieres saberlo?

-Sí.

-Vale.

Se sentó con las piernas cruzadas y comenzó a arrancar las flores que había al lado de sus pies, suspiró miró hacia la luna y comenzó a agitar la cabeza como pensando por donde empezar.

-Cuando yo tenía cinco o seis años mi padre nos abandonó. -Comenzó con la voz temblando y casi en susurros.

-Mi madre adquirió un trastorno mental llamado bipolaridad, estaba bien unos segundos y al minuto se volvía en contra de mi a la primera, me pegaba, me decía que no valía para nada, que todo era culpa mía, que mi padre hubiese seguido con ella si yo no hubiese nacido y todo eso. Cuando empezaba a cambiar y a querer pegarme me encerraba en el baño, me quedaba ahí por horas en la oscuridad llorando, una vez me dejó ahí por dos días, en total oscuridad. Un día, le dije que no era culpa mía, que yo no había elegido nacer y que todo esto debería resolverlo con él, no pagarlo conmigo, ella se enfadó y rompió la puerta del baño, me pegó con algo metálico y desde entonces tengo esto. -Sentí un nudo en la garganta, ella se levantó la blusa y se giró para enseñarme una horrible herida en la espalda que se quedaría ahí de por vida.

-Yo sólo tenía ocho años. -Continuó. -Los golpes y los insultos se volvieron más y más frecuentes. Yo dejaba que me pegase y que me insultase, de todos modos no era culpa suya, fue él quien la volvió loca. Antes, la recuerdo, y antes era una mujer dedicada a su familia, nos amaba más que a nada y se notaba que lo daría todo por nosotros. Pero él comenzó a irse por días, semanas, meses... Ella comenzó a enloquecer más y más. Su amor por nosotros comenzó a convertirse en odio por él, odio que pagaba conmigo, a veces cuando el volvía fingíamos ser una familia feliz, de esas que salen los sábados a comer en restaurantes y pasean por las calles cogidos de la mano, creía que esas cosas podrían cambiarlo todo, que esa falsa felicidad duraría...-Dijo entre sollozos. Se limpió la cara y continuó.

-Pero no, nada de eso era real, cuando el volvía yo me encerraba en el baño otra vez, y ni sus puertas podían opacar los gritos de dolor de mi madre cuando la pegaba, después venia a mí, me obligaba a abrir la puerta y me sacaba ahí a rastras, me tiraba al suelo y me pegaba un par de golpes, después me escupía y me decía que ojalá no hubiese nacido, que yo era el problema de su relación, me cogía por el cuello y a veces, cuando perdía el conocimiento por la falta de oxígeno creía que al fin moriría, que al fin seria libre... Pero no era así. Me volvía a despertar entre sus manos y notaba cómo partes de mi cara vibraban y como las gotas calientes de mi sangre caían por mi cuello. Después el me soltaba y me costaba un tiempo volver a levantarme sin que me diera vueltas todo.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora