13; Acrópolis.

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-¡DESPIERTA, ALICE! -Me dice mientras me lanza una almohada enorme a la cara. -Hoy temíamos que ir a ver el Acrópolis y él Teatro Dionisíaco y tú... ¡Te has quedado dormida!

-Oh, dios, lo siento, es que estoy muy cansada...

-No hay excusa que valga, te espero en recepción en veinte minutos.

-¿Veinte minutos?, no me da tiempo ni de coña...

-¡Veinte he dicho!

Exclama mientras cierra la puerta detrás de él.

Me levantó e intento meterme a la ducha sin tardar demasiado, ya que tengo que estar lista en menos de veinte minutos.

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Me dirijo a recepción cuando de repente recuerdo que me he dejado el móvil en la habitación, vuelvo para cogerlo y escucho el agua de la ducha caer acompañado por la voz de Alice cantando, decido asomarme un momento y veo cómo el agua cae melodiosamente sobre su espalda, cubre cada una de sus curvas y cae con delicadeza por el resto de su cuerpo, es tan... hermosa... Sigo sin creer que la haya convencido de huír conmigo, al principio lo hice porque me parecía divertida y pensé en que sería una buena amiga con el tiempo ya que no tenía más intenciones conmigo, pero conforme al tiempo que voy pasando con ella algo dentro de mí comienza a despertar, y puede que verla desnuda, ver como el agua cubre todas las partes de su cuerpo las cuales desearía estar cubriendo yo con besos sólo hace que mi deseo aumente, no sé si es amor, pero sí la deseo, y sé que será difícil, pero prefiero ignorar el deseo y seguir tal y como estamos, por alguna razón, no quiero que se vaya de mi lado...

Estoy esperando en recepción y Alice ya llega 5 minutos tarde, decido llamar al teléfono que hay en la habitación cuando de repente la veo bajar las escaleras, está... Simplemente preciosa, no puedo apartar mis ojos de ella, su melena castaña cae en cascada por sus hombros, sus ojos lucen unas ojeras cansadas, no lleva maquillaje, pero tiene los labios tan rojos que juraría que lleva pintalabios, lleva un short de tiro alto junto a una camiseta blanca y unas zapatillas blancas, parece disgustada, se acerca a mí y me saluda con un abrazo.

-Si estoy tan fea hoy es por tu culpa, no me ha dado tiempo ni a maquillarme.

"Estás perfecta"

Me dan ganas de decirla, pero solo sonrío y la digo:

-Estás genial.

Sonríe y me da un pequeño golpe en forma de empujón en el brazo.

-¿A dónde vamos ahora?

Pregunta emocionada.

-A la Acrópolis, me dijiste que querías ir, ¿no?, pero primero vamos a comer, que sino luego nos entrará hambre.

-Sí, vale.

Salimos del hotel y yo le ofrezco mi brazo, lo agarra como una señorita, levanta la cabeza y dice al fin:

-¿A dónde le gustaría dirigirse esta encantadora tarde de Sábado a comer, señor Alex?

-A dónde la señorita Alice diga, quiero que todo este a su gusto.

Respondo de la misma forma elegantemente, ella ríe y se acomoda el pelo, caminamos hasta encontrar un restaurante y ella comienza a reírse por los codos cuando ve que casi me atraganto al ver pasar a una chica de hermosos senos, creí que estaría celosa, después de todo me besó... En fin, de todos modos decidó ignorarlo y sacar algún tema de conversación.

-¿Cuántos años tienes?

Se pone roja y hace que bebe mientras se piensa bien la pregunta.

-Veintiuno, ¿y tú?

-Veintitrés.

-Vaya ya estás para el arrastre, espero que tu futura esposa te pague un buen asilo.

Dice riéndo.

La verdad es que esta muy adorable cuando sonríe, no sé por qué se tapa la boca cuando sonríe, pero que no le guste su sonrisa solo hace que a mí me guste más.

Salimos del restaurante y decidimos alquilar un coche para ir a la Acrópolis.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora