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Narra Alex.

Regresé a casa de madrugada, puede que borracho y algo colocado, pero qué novedad era esa, si siempre volvía igual.

Metí con gran esfuerzo las llaves en la puerta y la abrí de golpe.

George estaba tumbado en el sofá con su rubia encima, caminé sin alzar la vista hasta la cocina y agradecí que no me hablase ninguno de ellos.

Abrí la nevera y me tomé una cerveza, bajé la mirada hacia mis manos y vi lo ensangrentados que estaban mis nudillos, abrí una botella de vodka y la vacié sobre mis manos, sabía que el alcohol para las heridas era bastante malo, pero me daba igual, el alcohol desinfectaba y me daba igual si me empeoraba mis heridas o no, eso era todo lo que necesitaba.

Caminé hasta mi habitación, me desnudé y me metí en la ducha, no sin antes meter conmigo lo que quedaba de vodka.

Abrí el agua y la puse fría, me metí debajo de ella mientras mi cuerpo entero se tambaleaba por su frío tacto, me quedé un buen rato así hasta que me acostumbré al frío y comencé a beber.

Por unos momentos mi mente se quedaba en blanco hasta que me daba cuenta de que gritaba su nombre, mis ojos, cansados y rojos por el humo de mi cigarrillo, lloraban, mi corazón no dejaba de dar vuelcos, mi garganta ardía, toda esta mierda dolía y no podía hacer nada por calmarlo.

Minutos después oía cómo George tiraba abajo la puerta y mi vista se oscurecía.

Abrí los ojos y estaba en mi cama, completamente empapado, por un momento no sentía nada, vi a la rubia sentada delante de mi y busque con la mirada a G que estaba al otro lado de mi habitación, al mirarle, vagos recuerdos venían a mi mente, pero todo estaba desordenado, primero veía sangre, después a G rompiendo la puerta, la rubia atandome algo en la muñeca, yo llorando, G cogiendome junto a la rubia y tirandome a la cama y dolor, pero no sabía de dónde venía, era más fuerte el dolor que sentía en mi pecho, pero eso no hacía que no me percatara de este.

Intenté levantarme y G me echó para atrás con cuidado, noté el miedo en la mirada de la rubia, bajé los ojos a su camisa blanca que ahora estaba medio teñida de sangre, recordaba la sangre, pero no sabía de dónde había salido.

Miré otra vez a G, éste me miró con los ojos perdidos mientras su cigarrillo se consumía poco a poco en su boca.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora