Capítulo 39

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- ¿Qué...? - Jace interrumpió la frase en cuanto me vio.

Incliné la cabeza y lamí mis labios, atenta al compás acelerado de todos los corazones y mentes de la sala. Sonreí ante la profundidad de sus pensamientos y emociones, sintiéndome acorde a ellos. Respiré hondo y permití que el dulzor de su sangre invada mi ser... Lo deseo. Me siento fuerte, capaz de lograr cualquier cosa; mis venas arden de antelación a la energía que me proporcionaría succionar un poco de su vitalidad.

En un simple movimiento rompí lo que me mantenía atada y estrelle a Thimoteo contra la pared, mi nariz busco su cuello y tras dar una fuerte inhalación, note lo excitante de todo esto. Si puedo obtener solo un poco...

Tomaron mi cuello y jalaron hacia atrás, provocando que me golpeara contra el buró.

- Se acabó la función - Daniel se colocó frente a mí a media transformación - ¿Divertida? - Pensó al mismo tiempo que les indica a todos que salgan.

Me levanté y sin pensarlo dos veces me fui contra él. ¡Se llevó a mi presa!

Ambos somos rápidos, damos golpes duros y precisos, buscando dañar al prójimo lo más que se pueda sin importar lo que rompemos a nuestro paso. Justo cuando encontré la posición adecuada para irme directo contra su cuello, sentí como mi cabeza zumbo y se dejó en blanco. Mi visión se volvió borrosa, lo cual sirvió para que los que se quedaron en la habitación me pudiesen amarrar y encerrar en una protección.

- ¿Creen que esto me detendrá? - comenté con sorna, desesperada por un poco de sangre.

- ¿Cómo paso esto? - se giró Daniel hacia el brujo. Destila sorpresa, frustración y enojo.

- Después - apretó los labios y le tendió la mano - necesito recuperar fuerza, pero si te dejo aquí solo, todo terminara mal.

- Cómo quieras - lo tomo y respiró hondo.

Cada uno traza en su mente diversas estrategias y rumbos que podría seguir. Ambos tienen algo claro: no lastimar demasiado y continuar con vida. La luna brillo encima de la gran oscuridad, emanando energía y abrazando a todos los hijos de la noche, a las bestias desenfrenadas y personas comunes que desconocen los terribles peligros que los rodean. Gimotee en cuanto sentí a mi corazón trastabillar, acelerándose y deteniéndose sin saber a qué lado sobrenatural poner como superior; gruñí y grite por lo menos 15 minutos, donde Gerard y Daniel solamente me observaron, atentos a cualquier cosa.

- No puede ser - escuché mentalmente justo cuando sonó el timbre.

Me quedé quieta y preste atención. El dolor ceso, pero mantuve los párpados hacia abajo y la respiración acelerada.

- ¿Qu- qué haces aquí? - Jace vaciló en su pregunta.

- Yo... Sé que es tarde, pero... Necesitaba venir.

- Has escogido el peor momento y lugar - negó Thimoteo.

- Si te vas ahora... - comento Percy - Esta mierda si puede empeorar.

- ¿Quién...? - el corazón de Katy se aceleró y tragó - ¿Blake? ¿Qué haces aquí...? ¿Tus padres...?

- Hola... Amm, ellos no saben que estoy aquí, pero vine porque...

Detuvo su conversación, percatándose de las caras de todos.

- ¿Qué está pasando?...

Sonreí de manera simulada y detuve de un golpe la respiración. Mi corazón permanece inmóvil, las uñas se volvieron alargadas y filosas, la garganta palpita, pidiendo un poco de sabor.

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