Capítulo 23

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- Recapitulemos - Luca junto sus manos y Katy tomo el puente de su nariz, pidiendo paciencia - desde que llegaste has tenido sueños donde te torturan o intentan hacerte daño; en el último ibas a morir, pero Gerard te salvo y amaneciste con la pierna así. Además de que hoy se encontraron a una manada que les salvo la vida y curiosamente Gerard sintió que algo iba a suceder y por eso fue enviado justamente ahora.

Los Herondale, el brujo y yo asentimos con la cabeza.

Los chicos tenían la boca abierta de par en par.

- ¿Alguna otra cosa deberíamos saber ahora? - Katy nos miró uno a uno, pero nadie se atrevió a decir nada más - bien, en ese caso Luca y yo iremos a dejar a los chicos a su casa. Cuando regrese los quiero ver a todos acostados.

Se levantó y le hizo una señal a Blake y Hansol.

- Bueno... Nosotros nos vamos - el menor me abrazo y susurro un "descansa".

- Nos vemos Atenea, trata de descansar un poco. Nos veremos pronto - también me abrazo y salió.

- ¿Por qué no nos dijiste? - soltó Thimoteo.

Todos se ven un poco molestos a excepción de Ender y Kennet, los cuales tienen la mirada cargada de curiosidad.

- No le vi la necesidad - me recargué en la silla y cerré los ojos.

- ¿No le veías necesidad? - Daemon alzó un poco la voz - ¿Qué pensabas hacer si sucedía algo más grave? No somos adivinos y si no nos dices las cosas jamás podremos ayudarte.

- ¿Planeabas contarnos lo que te paso hoy por voluntad propia? - Jace me taladro con la mirada.

- Chicos, es suficiente - Kennet se levantó y camino hacia donde estaba - está cansada, merece dormir.

- ¿Confías en nosotros? - Percy pregunto dolido.

Abrí los ojos.

- Confío en ustedes, pero no quería que se preocuparan por mí. Y lamento que las cosas se dieran así - me levanté y fijé la mirada en Kennet - ¿Me acompañas?

- Por supuesto.

- Descansen chicos, Gerard - incliné la cabeza ligeramente y me di la vuelta.

Empezamos a subir tranquilamente los escalones, mis párpados se caen de sueño. La adrenalina que había sentido está siendo remplazada por el cansancio.

- Atenea... - Kennet de detuvo poco antes de llegar a las recámaras - ¿Te has sentido diferente?

- ¿Diferente? - incline un poco la cabeza. El me miraba atentamente - a parte de los extraños sueños, no. ¿Porqué? ¿Tú sí?

- Un poco, pero no sé cómo explicarlo - rascó su cabeza - en fin. Bonita noche hermanita.

- Igualmente Ken - le sonreí y me encaminé a mi habitación.

°°°

A la mañana siguiente apenas y podía abrir los ojos, me dolía todo el cuerpo; mi celular empezó a sonar por lo que semi consciente atendí.

- ¿Bueno? - recargue mi rostro en la almohada.

- ¿Atenea? Hola, soy Loan... Quería saber si ya estás lista.

- ¿Lista para...? - abrí los ojos como plato y me levanté sin dudarlo un segundo más - ¡Si! Ya estoy lista. ¿Ya se encuentran abajo?

- Perfecto, llegamos a tu casa en media hora. Apenas vine por Jake - se escuchaba como el niño pedía hablar conmigo y Loan reía.

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