3 días habían pasado desde esa noche. 72 horas donde los chicos se dedicaban a molestarme para que les dijera que habíamos hecho y a donde habíamos ido, sin embargo, siempre que les decía la verdad no me creían, así que decidí obviarlos.
Hoy quiero ir a comprar unos libros, por lo que mi primera opción fue pedirle a Katy o Luca que me llevaran, pero ambos tienen una junta urgente en la empresa y se fueron realmente apurados.
- ¡Hey tú! - grité en cuanto vi a Kennet atravesar mi campo de visión.
- No puedo - comento mientras seguía su camino. Corrí para alcanzarlo.
- Acompáñame a comprar unas cosas, ¿Sí? Prometo no tardarme... hasta podría comprarte un helado.
- ¿Me chantajeas? - me miró de reojo y sonrió. - ¿Qué quieres ir a comprar?
- Libros, tengo muchas ganas de comprar un par - empecé a subir y bajar mis pestañas para convencerlo.
- Iré si no vuelves a hacerlo - lo miré indignada y soltó una carcajada - vamos.
Nos dirigimos a la cochera y tomo las llaves de una moto. Me tendió un casco y lo coloque con las manos temblorosas; jamás me he subido a una.
- Tranquila, solo sube atrás de mí y sujétate - nos colocamos en posición y arranco.
Pocas veces en mi vida he sentido está adrenalina y libertad, es una sensación increíble, pero soy completamente consciente de su peligro y seamos sinceros... ¿Quién quiere morir siendo tan joven y bella?
Al llegar nos encaminamos sin miramientos a la librería, compré 5 maravillosos bebés y decidimos quedarnos a dar una vuelta.
Entre broma y broma, había anochecido, por lo que decidimos regresar.
Tomé el casco y subí nuevamente a la máquina mortal.
Decidí recargarme y cerrar los ojos, dejando que mis sentimientos e ideas fluyeran. Gerard no ha regresado, pero estoy segura de que se encuentra bien y espero que, de igual manera, mi familia y hermanos biológicos estén mejor que cuando desaparecí; a los Morgenstern los estoy empezado a considerar familia, sin embargo, decir "mamá y papá" aún representa un reto para mí.
De un segundo a otro sentí un tirón en el estómago, provocado por el repentino movimiento de la moto. Ambos salimos volando y al tocar el suelo, salió de mis pulmones todo el aire.
Nos encontramos en una calle ancha completamente sola. Alcé mi rostro de manera lenta y desorientada, buscando a Kennet; el cual se encuentra a un par de metros de mí, sacando un cuchillo mientras se incorpora.
Al seguir con la mirada hacia donde se dirige, descubrí a un grupo de guerreros con espadas y orejas puntiagudas; tres de ellos se quedaron con él y otros dos caminaron hacía mí.
- ¡Corre Atenea! – lo escuche agitado y molesto.
Me levanté como pude y lo miré.
Todo está sucediendo en cámara lenta... La moto tirada, Kennet golpeándolos y siendo lastimado, los dos chicos que se aproximan amenazadoramente.
Sacudí mi cabeza para despejarme y en ese momento escuché un quejido.
Kennet está semi doblado, dos de los seres lo sujetan y un tercero lo golpeaba de manera continua; un momento después los papeles cambiaron y ahora es el joven chico quien está golpeándolos y lastimándolos... Todo parece surreal.
En ese momento sentí como me agarraron y empezaron a arrastrar, alejándome de la escena.
- Suéltame - trate de poner resistencia, sin embargo, ellos son mucho más altos y fuertes que yo - carajo... ¡Kennet! ¡Kennet!
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Los Morgenstern
RandomVolteé a mi alrededor, observé a cada persona y la forma en la que me miran: hay miedo, sorpresa, sarcasmo, enojo y orgullo. Cada miembro de este lugar me considera una amenaza o un medio para hacerse notar. Alcé la cabeza altivamente y aprete los...