- Te vez agotada - escuche a Thim hablar.
Creo que llevo 10 minutos con la mirada fija en mi pan.
Cómo era de esperarse, desperté agitada y aterrada. No pude volver a conciliar el sueño, por lo que me levanté a leer desde las 4 de la mañana.
- ¿Paso algo? - Kathy me miró curiosa.
Parpadeé y negué con la cabeza.
- Solo... Me quedé viendo una serie.
- Hablemos - la voz de Kennet sonó en mi cabeza.
Masaje mis sienes.
- ¿Ahora?
- ¿Por qué no descansaste?
Hice un puchero y le di una mordida a mi desayuno.
En ningún momento levanté la mirada, pues soy consciente de que en el segundo que lo haga él sabrá que hay algo mal... Aunque bueno, ya lo sospecha.
- Si te dijera que fue por un hombre ¿Me creerías?
Lo escuché escupir parte de su bebida.
- Ey, ¿Todo bien? - Daemon lo golpeó en la espalda.
- Per-fecto - carraspeó y se levantó - he terminado. ¡Por favor, sigan comiendo! Tengo asuntos que atender.
- Voy a acostarme un rato - avisé sin dirigirme a nadie en particular.
Avance de manera pesada hasta la habitación de Kennet. Al llegar, toque y un ligero "pasa" se escuchó.Sin pensarlo dos veces, me dirigí a la cama y apenas toque colchón, decidí relajar el cuerpo.
- ¿Y bien? - abordo apoyándose en el extremo del colchón - ¿Te duele algo? ¿Has tenido algún síntoma? Ayer estabas bien...
- Estoy bien, solo... - cerré los párpados.
Lo más lógico es que le cuente lo que vi ayer, pero me aterra que quieran matarlo... No debería preocuparme después de todo, pero...
- Kennet...
Permaneció en silenció, sin embargo, continue, segura de que está escuchándome.
- Quiero ir a ver a los jefes de los clanes. Hablaremos y veré como están las cosas.
- ¿Te parece una buena idea? - acaricio mi cabeza - Gerard es el jefe de los brujos y el Rey de la corte también estará ahí.
- Lo sé, pero debo hablar con Gerard, saber que paso... - lo escuche chasquear la lengua - no creo que simplemente nos haya dado la espalda. Debe haber algo más y lo descubriré.
- No puedo prometerte nada - siguió masajeando mi cabeza - pero hablaré con nuestros padres.
°°°
En la mañana del siguiente día, mandamos un escrito a todos los integrantes de la sociedad y platicamos con el Cónsul respecto a celebrar una reunión masiva. Como era de esperarse, no se mostró encantado, pero accedió debido a que "debemos establecer el límite ahora". Naturalmente el límite soy yo.
Entrada la tarde, nos desplazamos al bosque donde se encuentra la cueva. Andando entre los árboles se siente tranquilidad y al estar acompañada no hay incertidumbre.
- Es por aquí - los guíe hasta quedar frente al lugar donde deje el cuerpo del brujo.
Temblé ligeramente ante el recuerdo y giré la vista.
- ¿Aquí? - Tobías miro desconcertado el lugar - No sé ve precisamente oculto.
- Justo eso estaba pensando - Jace giro sobre sí mismo para tener un panorama completo.
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Los Morgenstern
RandomVolteé a mi alrededor, observé a cada persona y la forma en la que me miran: hay miedo, sorpresa, sarcasmo, enojo y orgullo. Cada miembro de este lugar me considera una amenaza o un medio para hacerse notar. Alcé la cabeza altivamente y aprete los...