Capítulo 42

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- ¡Nos vemos en la noche! - me despedí y salí de casa.

El viaje de regreso a Inglaterra fue tranquilo, incluso pude dormir el resto del día sin ser molestada por el Cónsul. Hoy el clima se muestra bastante crudo, con nubes azuladas por el frío y un aire gélido.

Camine un par de calles, con el fin de encontrar el restaurante que me había mencionado en la llamada. Se había disculpado cientos de veces por no poder pasar a recogerme, ya que debía pasar a la empresa por algunos papeles, a lo cual le resté importancia y comenté que no pasa nada si camino un poco. Por fin di con el restaurante y mire alrededor, buscando su rubia cabellera.

- Llegas a tiempo - escuché justo detrás de mí.

- Siempre llegó a tiempo - sonreí y lo saludé con un abrazo - ¿Pido una mesa?

- Buenas tardes ¿Tienen reservación? - el señor de la entrada apareció con un bigote típico francés y una mirada sería.

- Buenas tardes. Blake Herondale - me guiño un ojo segundo antes de que el señor nos dijera "adelante por favor. Sigan a la señorita, los guiara a su mesa".

Avanzamos hasta llegar a la terraza, justo en la última hilera. Blake abrió la silla para mí y en seguida se sentó en frente.

- Cuando dijiste que querías ir a comer, asumí que sería algo más... - observé la vista que ofrece este lugar - casual.

- En realidad - sonrió con un ligero rubor en las mejillas, producto del frío - este lugar tiene muy buena comida. No vengo muy seguido, pero creí que te gustaría.

- Lo hace - asentí encantada - es increíble.

- Buenas tardes, mi nombre es Karla y seré su camarera - se presentó una chica un poco mayor que yo - ¿Qué gustan ordenar?

- Mmm... ¿Tienes alguna preferencia? - me preguntó Blake.

- Sorpréndeme – indique, entregándole la carta a la chica.

- Bien, entonces serán dos entradas simples, cortes medios bañados en salsa de arándanos, dos porciones de pastel nube y una botella de vino tinto - abrí los ojos al escuchar aquello.

- ¿No es demasiado?

- Si no quieres algo, puedes pedirlo para llevar o simplemente dejarlo aquí - indico como si nada.

- No no... Yo... – tartamudee, sin saber que decir. ¿Piensa que despilfarrare comida? Ni loca - ¿Qué carne comeremos?

- Es res - se recargo en el respaldo - puedes relajarte.

- Lo sé.

Pase una mano por mi cabello y acomode los lentes de sol. Aún es un secreto familiar mi cambio de ojos; Luca hablará hoy con el cónsul para hacer lo más pronto posible una "presentación oficial" ante todos los cazadores de sombra. Actualmente soy como un secretos voces. Todos saben que existo, pero pocos me han visto...

- ¿Y cómo te fue? - escuché a Blake.

- Bien - sonreí y recargué mi brazo en la mesa - realmente mejor de lo que esperaba. ¿Sabes? Mis hermanos crecieron muchísimo y ni hablar de Jason... Lo extrañe horrores.

- ¿Jason? - me miro confundido.

- ¡Oh! Mi mejor amigo. Lo conocí hace muchísimo tiempo - le resté importancia, pero mantuve la sonrisa en mis labios - De cualquier forma, te tengo una sorpresa.

Se inclino hacia mí y sus ojos brillaron, emocionado. De la bolsa saque un par de fotos que tome estando allá y tres guanábanas.

- ¿Esto es...? - inclino la cabeza mientras las toma. Sus cejas de fruncieron y analizo la fruta - ¿Son peligrosas?

Los MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora