Capítulo 49

331 39 7
                                    

- ¿Estás resfriada?

- Probablemente - me queje mientras me estiraba para dejar el décimo cuarto pañuelo en el cesto de la basura.

- Es extraño - Daemon comento mientras acariciaba mi cabeza, ya que estoy acostada sobre sus piernas - Normalmente no nos enfermamos.

- Los mundanos son débiles - escuché a Kostov acercarse.

- Déjala en paz - llegó Tobías con una compresa de agua y Thim con varias medicinas.

- No sabía cuál traer exactamente así que... Compré todas las que atacan resfriados.

- Veamos - Ender empezó a checar los medicamentos - esto dice que sirve para dolores de estómago, premenstrual y garganta... Este es para resfriados... Dolor general...

- Solo dame 2 pastillas - estiré mi mano y volví a estornudar - ¡que frío!

Tobías me quito la cobija y los calcetines, intentando que la fiebre no suba.

- ¿Qué...? - sentí como algo helado abrazaba mis pies - ¿¡Qué es eso!? ¿¡Qué haces!?

Apareció Katy con un vaso de agua tibia y cara de preocupación.

- Para las pastillas - anuncio mientras se recarga en el muro - quería pedirles que me acompañaran a una comida, pero creo que sería suicida en tu situación.

- ¿Con...? - temblé y Daemon me abrazo.

- Los Hondmall.

- Olvídalo - Jace cerco la conversación apenas llegando.

- Si no quieres ir sola puedo acompañarte, pero solo por una hora - señaló Daemon con un suspiro.

- Entonces yo puedo estar la siguiente hora - Ender dio su brazo a torcer, pero se nota que no le da emoción.

- Yo quiero acompañarte - me acomode mejor en el sillón para hablarle - ¿Cuándo sería?

- No creo que sea lo mejor...

- Por favor - sonreí - solo necesito dormir un rato. ¡Estaré bien!

- ¡Llegamos! - Kennet entro a la casa, seguido de Percy y Luca - ¡ven por tu jugo de vitaminas Atenea!

- Si te sientes mejor, vamos - me miró con desconfianza Katy - sería solo ir a desayunar y tal vez jugar con ellos un rato.

- No te preocupes - me dirigí con una sonrisa hacia la cocina.

°°°

Me quejé en cuanto escuché a alguien tocar la puerta.

- ¿Estás despierta? - entro Daemon con bastante silencio - wow... Mmm... Venía a ver si aún querías ir, pero...

- Iré - solté con la voz ronca.

- Atenea...

- Aún es temprano ¿No? - observé el reloj de mesa, 8:00 AM - denme 30 minutos. ¿Podrías traerme las pastillas para el dolor?

- El clima es frío hoy, no deberías salir de cama - coloco su mano en mi frente - y tienes temperatura.

- Estaré bien. Es solo un resfriado - solté una mueca.

Él solo apretó los labios.

- Entonces vas y regresas conmigo.

- De acuerdo - acepté sin rechistar y después de abrazarlo, me metí al baño.

Mi oportunidad para molestarlas es esta. La verdad es que Daemon tiene razón, tal vez no debería salir de casa con este clima, ya que estamos a 10ºC, pero no quiero desperdiciar tan preciada oportunidad.

Los MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora