Capítulo 44

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- ¿Puedo?

- Adelante.

Cerré los ojos y le di la bienvenida a mi vampirismo. En los últimos 6 días me he sentido mejor; Kostov mencionó que parece que mi cuerpo se está regenerando a la velocidad que debería, pero no sabemos porque tarde tanto.

- Mierda... - sise al sentir las punzadas en mi cabeza.

- Bien, ahora me iré alejando y en cuanto dejes de sentirlo, avísame.

Nos encontramos en un campo cercano a la casa donde estamos. No me ha dicho dónde queda exactamente, pero tiene una vista hermosa, los árboles poco a poco han dejado caer sus hojas por el otoño y el viento cada vez se vuelve más gélido.

- ¡Ahí! - Comenté mentalmente.

- Bien, estoy a 8 kilómetros - me respondió igual - Ahora me acercaré y veremos cuanto puede resistir cada uno en esta forma.

Asentí con la cabeza pese a que nadie me ve. Resulta que cada uno es funcional en su estado natural, pero cuando estamos cerca en modo "vampiro" nuestras mentes chocan, vibran o algo por el estilo, generándonos un terrible dolor de cabeza. Aquel día que me desmaye en la costa, él llegó a dormir lleno de sudor frío.

- Detente - me recargue en un árbol cercano - No sé cómo me convenciste... Vamos de a poco.

- Es benéfico saber hasta dónde llegamos - recalcó.

La punzada se hizo más aguda, apreté los dientes y levanté la mano. Pausa.

- Estoy todavía a 15 metros...

- Dale.

10 metros, las piernas empiezan a temblarme. 6 metros, mi cuerpo está sudando, como si tuviera fiebre. 3 metros, caigo de rodillas al suelo.

- Espera - comente en un quejido.

Se encuentra a poco menos de 2 metros y cada fibra de mi ser me pide descanso. Giré brevemente a verlo: piel con una ligera capa de sudor, pupilas dilatadas, está apretando los dientes, pero al menos sigue de pie.

- Bien, basta con esto - comento y ambos pudimos descansar - ¿Estas bien?

- Lo estaré - terminé por acostarme y suspiré - estoy teniendo una idea muy loca.

- Ajá.

- Quiero que vengas conmigo... A casa.

- No.

- Pero...

- No Atenea.

- ¡Nos ayudarán!

- TE ayudarán - comento cortante - he estado viviendo bien solo todo este tiempo, así que no insistas.

- ¡Pero ahora somos tú y yo! Estamos tan atrapados en esto como ellos... Además...

Se alejo molesto un par de metros. Coloqué la cabeza entre mis piernas y suspiré.

Él no quiere ir con los Nefilim porque cree que lo usarán como experimento y yo ya no quiero estar aquí. Necesitamos llegar a un punto medio si es que queremos obtener algo.

- ¡Ey! - le grite para llamar su atención, pero ni siquiera me miro - no volveré a mencionarlo. Sea como sea... ¿Has descubierto algo nuevo?

- Si, un par de cosas - su postura demuestra que aún está un poco molesto, pero seguro se le pasa rápido - sin embargo...

Inclino la cabeza y se giró hacia la casa. Su ceño fruncido es la evidencia de que algo no está bien. Me levanté y lo tomé del brazo.

- ¿Qué pasa?

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