Capítulo 32

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- Debes dejar de hacer esto - negó Kennet.

- Concuerdo - dijo Thim mientras me observa, ojeroso.

Recorrí los rostros de todos los que están aquí; el reloj marca las 2 de la mañana y tengo a 7 Morgenster's en pijama frente a mí.

- ¿Qué hacen todos aquí? - los mire tratando de despejar la mente.

- ¿Alguien inicio una fiesta sin invitarme? - entro Gerard con sus típicos aires de diversión, seguido de los padres de familia.

- Me alegra verte - sonreí y trate de levantarme, encantada por que ha regresado, sin embargo, no avance mucho debido a un dolor que se expandió sobre mi pecho, haciéndome soltar aire entre los dientes.

- ¿Qué sucede? - Katy se acercó y tomo mi mano.

- Estoy bien... - comente en voz baja. 

Gerard me observo atentamente, como si pusiese ver cada detalle de lo que me aflige; sea lo que sea que cruzó su mente no duró más que unos segundos, recuperando su personalidad habitual.

- Bien, pues es hora de dormir - aplaudió y empezó a señalar la puerta - vamos, vamos. No hay tiempo que perder, mañana hablaremos de todo lo que quieran.

- Pero ella... - Kennet se detuvo en la puerta.

- Nada de peros, hablaremos en cuanto el sol se asome - dijo empujándolos a todos.
Justo antes de salir, se giró a verme y guiño un ojo.

Recargue la cabeza en la almohada y toque mi pecho, justo donde está el corazón. Había sentido como si lo apretujarán fuertemente desde dentro. Bastante extraño.

Gire mi rostro al escuchar el celular sonar, por lo que estire mi brazo y conteste.

- Dime que estas bien - el tono de voz de Loan es acelerado.

- Tranquilo, estoy bien - solté una risa ahogada - Lamento haberte llevado a mi sueño... aún no sé controlarlo.

- No te preocupes, lo importante es que estés bien.

- ¿Tu mano qué tal se encuentra?

- Bien... Solo está un poco roja.

Puedo imaginármelo analizando su extremidad, buscando alguna señal de lo que sucedió fue verdad; casi suelto una risa de solo pensarlo.

- Te dejo descansar, hablamos después.

- Descansa.

Colgué y observé la hora, 2:15 am.
Intenté continuar con mi descanso, pero no logré conciliar el sueño, por lo que solté un quejido y me levanté para ir al patio.

Tomé una sudadera y abrí la puerta silenciosamente. Una vez fuera comencé a caminar a través del corredor; todo está tranquilo, probablemente el resto se encuentren durmiendo.

Al salir, pude ver el cielo, el cual aún se encuentra oscuro. Esta noche no hay estrellas y la luna está en su fase cuarto menguante. Se ve vacío... un poco triste.

Por Dios, si continúo levantándome a esta hora, pronto será obvio que duermo menos de lo que debería.

Dirigí la mirada al exterior de la propiedad, dónde las lámparas alumbran las calles y los árboles se mueven ligeramente por el viento. Llamo mi atención un par de ojos verdes que me observan fijamente. Parpadee para corroborar que no es mi imaginación y efectivamente, siguen ahí. 

Me acerque hasta donde están y justo a unos cuantos metros de la puerta note que se trata de un lobo... Daniel Johnson.

- ¿Qué rayos haces aquí? - lo abracé. Él me lamió la mano en señal de saludo y bajo parte de su cuerpo, esperando que subiera - estás loco... ¡Te voy a aplastar!

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