Me encuentro en mi nueva habitación, la cual es café, con muebles de madera y una cama jumbo.
Después de la aquella charla, me trajeron y dijeron que a las 3 era la hora de la comida, por lo que me esperarían ahí.
Empecé a acomodar mis cosas en el closet, cuando sonó el nuevo teléfono que Cecilia compro para mí.
- ¿Alo?
- ¡Por el ángel! Sigues viva - Hansol suspiro aliviado del otro lado de la línea - supongo que funcionó.
- ¿Está ahí? - hablo Blake del otro lado de la línea.
- Espera - se escucharon algunos paso - estás en altavoz. ¿Cómo fue todo?
- Tenso, no les mentiré... - me dejé caer en la cama - creí que iba a morir en cualquier momento, pero estoy bien, en una recámara y arreglando todo.
- Bien, te dije que no sería necesario usar la violencia - comento Kai, por lo que solté una ligera mueca.
- No la use como tal... Pero tuve que amenazar con revelar algunos detalles. No puedo olvidar que estoy en una casa con una pareja que me vigilará de cerca, junto con chicos que probablemente me detestan.
- Relájate, por lo que vimos Jace y Thimoteo te aprecian - casi puedo imaginarme a Cecilia agarrándome de los hombros y sonriendo, tratando de transmitirme confianza.
- Si - añadió Hansol - igual no creo que hagan nada, están interesados en ti y pese a todo tienen que cuidarte.
- Lo sé. La junta del consejo será pronto, supongo que, en esta semana así que espero verlos ahí.
- No nos lo perderíamos por nada - confirmo Dylan.
Este chico se parece demasiado a su madre, tratando de apoyar y relajar a los que tienen problemas.
- Jajaja gracias chicos. Ceci, Kai yo... - tengo un pedido especial que hacerles, pero tocaron la puerta, interrumpiéndonos - uhh, les tengo que colgar, pero hablamos después ¿De acuerdo?
Colgué y me acerqué tranquilamente a la puerta, dónde encontré a un Thimoteo sonriente con un perro de peluche.
- Mi querida dama, te traigo una ofrenda de mi amor - dijo dándome el peluche e hincándose - por favor acepta está humilde prueba de ello.
- Ya pásate - le sonreí y me hice a un lado. Tomo asiento en el escritorio - ¿Dónde conseguiste el peluche?
- Lo gane la semana pasada en una feria y presentía que pronto tendría que usarlo - encogió los hombros, restándole importancia - ¿Ya desempacaste?
- Si, realmente solo traje un par de cosas que me compro Ceci - me acomode en la cama frente a él abrazando al peluche.
Se ve bien, animado y tranquilo. Esta bastante guapo, con un suéter verde y pantalones negros, lo que provoca que sus ojos resalten de sobremanera y contrasten con su piel.
- ¿Y cuál es el plan? - levanto una ceja y se recargo sobre sus brazos.
- ¿Plan? No hay, solo tengo que sobrevivir y adaptarme... supongo - mis hombros se elevaron inconsciente.
- ¿Segura? Porque cuando amenazaste a mamá y papá allá abajo, no se veía que actuarás a la deriva - lo miré neutralmente y giré los ojos- jajaja debiste haberlos visto, en cuanto te dejaron en la habitación empezaron a decir un montón de barbaries y se les notaba bastante nerviosos. Incluso evitaron el tema con nosotros.
- No sé qué decir, es cierto que solté un par de cosas, pero no era mi intención meterlos en un aprieto. Además, pensé que ustedes estaban al tanto.
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Los Morgenstern
RandomVolteé a mi alrededor, observé a cada persona y la forma en la que me miran: hay miedo, sorpresa, sarcasmo, enojo y orgullo. Cada miembro de este lugar me considera una amenaza o un medio para hacerse notar. Alcé la cabeza altivamente y aprete los...